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¿Qué es trauma complejo?

Cómo afectan a los niños las experiencias traumáticas continuas.

Escrito por: Hannah Sheldon-Dean

Experto clínico: Jamie M. Howard, PhD

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Cuando las personas piensan en trauma, suelen imaginar una experiencia concreta y definida: un accidente aterrador, una catástrofe natural o una experiencia de violencia. Y es cierto que pasar por cualquier experiencia muy perturbadora o que pone en riesgo la vida (o presenciar que un ser querido pase por algo así) puede conducir a un trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros desafíos de salud mental.

Pero los expertos en trauma reconocen cada vez más que existe otra forma de trauma que involucra experiencias y síntomas prolongados y repetidos que a menudo lucen diferente al TEPT. Esto se conoce más comúnmente como trauma complejo.

Los niños que han pasado por un trauma complejo suelen experimentar como resultado desafíos profundos, y sus síntomas con frecuencia son malinterpretados. Conocer las señales de un trauma complejo y comprender cómo afecta a los niños puede contribuir en gran medida a que reciban el apoyo que necesitan.

¿Qué es trauma complejo?

Trauma complejo no es un diagnóstico en sí, sino un concepto que describe cómo las experiencias perturbadoras y peligrosas crónicas afectan a las personas, especialmente a los niños.

“Se trata de un cambio más fundamental en un individuo”, afirma la doctora Jamie Howard, psicóloga clínica y directora del Servicio de trauma y resiliencia del Child Mind Institute. “Un trauma típico podría alterar realmente tu concepción acerca de cómo funciona el mundo. Un trauma complejo afecta en primer lugar la manera en que se construye esa concepción”.

Un trauma complejo suele ser el resultado de experiencias interpersonales negativas y crónicas como abuso, abandono o violencia en el hogar o la comunidad del niño. Dado que, en situaciones como estas, suelen ser los padres o cuidadores los responsables del daño, el niño no tiene la oportunidad de desarrollar un sentido de seguridad y confianza en los adultos. Esa alteración del sentido básico de apego del niño hacia sus cuidadores es un elemento clave del trauma complejo.

“Cualquier tipo de trauma puede alterar la confianza”, dice la Dra. Howard. “Pero con un trauma complejo, no se desarrolla necesariamente la capacidad de confiar en las personas en general”.

La base de evidencias sobre el trauma complejo es cada vez mayor, y las investigaciones indican que los niños que han experimentado trauma continuo y de naturaleza interpersonal tienden a presentar síntomas y desafíos de comportamiento más intensos que quienes han experimentado otras formas de trauma.

¿El trauma complejo es un trastorno?

El desarrollo del concepto de trauma complejo comenzó hace varias décadas, cuando los profesionales clínicos que trabajaban con personas que habían experimentado eventos traumáticos continuos (como los sobrevivientes de abuso infantil) observaron que los síntomas de estas personas eran a menudo más variados que los síntomas del TEPT. Este conjunto diferenciado de síntomas se llamó “TEPT complejo” (CPTSD, por sus siglas en inglés) y más tarde evolucionó hacia una propuesta de diagnóstico denominado “trastorno traumático del desarrollo” (TTD, por sus siglas en inglés).

Las ideas del trauma complejo y el TTD se desarrollaron en gran parte gracias al trabajo del profesional clínico y autor Bessel van der Kolk, MD. El TTD no se incluye como un trastorno específico en el manual de diagnóstico más reciente que utilizan los profesionales clínicos, el DSM-5. Pero algunos de los síntomas del TEPT que se han incluido en el DSM-5 se vieron influidos por la investigación del Dr. van der Kolk y sus colegas.

¿Cómo luce un trauma complejo?

Hasta cierto punto, los síntomas del trauma complejo se superponen con los síntomas del TEPT. Por ejemplo, los niños que han atravesado por un trauma complejo pueden experimentar escenas retrospectivas, pesadillas y sentimientos de insensibilidad emocional.

Pero con un trauma complejo, los síntomas son más generalizados. El comportamiento de los niños podría parecer completamente impredecible. “Sus vidas han sido tan caóticas que no han encontrado una forma coherente de estructurar el mundo”, dice la Dra. Howard. “Y por eso parecen física y emocionalmente desorganizados y desregulados. No se quedan quietos, se mueven de un lado a otro, se muestran algo agitados. Son como un cable en tensión”.

Los niños que han experimentado trauma complejo a menudo cumplen con los criterios de una serie de trastornos diferentes incluidos en el DSM-5, pero actualmente no existe un diagnóstico que capture su perfil de síntomas típico.

Sin embargo, los expertos coinciden en que los siguientes síntomas están generalmente asociados con un trauma complejo:

  • Desafíos con el apego y las relaciones
  • Dificultad para regular emociones y comportamientos
  • Desafíos relacionados con la capacidad de atención y otras capacidades cognitivas
  • Disociación de la realidad
  • Baja autoestima
  • Perspectiva negativa general del mundo

La Dra. Howard señala que estar en ambientes ruidosos y caóticos puede sobreestimular rápidamente a los niños que han pasado por un trauma complejo. “Es entonces cuando los niños empiezan a lucir como si tuvieran TDAH”, dice. “O podría parecer que tienen un trastorno mental grave porque su capacidad para controlar sus reacciones fisiológicas y dar sentido al entorno está muy comprometida”. También se sabe que un trauma complejo interfiere en el aprendizaje y a menudo conduce a enfrentar desafíos de comportamiento y de atención en la escuela.

¿Cuáles son las causas del trauma complejo?

No existe una lista definitiva de los tipos de experiencias que pueden conducir a un trauma complejo. Dicho esto, los expertos suelen estar de acuerdo en que los eventos subyacentes a un trauma complejo suelen cumplir con los siguientes criterios:

  • Son seriamente negativos, como abuso, abandono o violencia.
  • Se producen durante un largo período de tiempo.
  • Afectan la capacidad del niño para relacionarse con los demás y establecer relaciones de confianza con sus cuidadores y otras figuras de autoridad.

“Un trauma complejo no tiene que ser necesariamente abuso físico, pero la razón por la que el apego se ve tan afectado es porque generalmente lo lleva a cabo (o no lo puede detener) el cuidador principal del niño”, afirma la Dra. Howard. “Y eso es lo que lo hace tan fundamentalmente perturbador: el cuidador principal no le puede proporcionar constancia y seguridad al niño”.

La Dra. Howard señala que este tipo de alteración también puede ocurrir cuando un padre no es causante del trauma. Por ejemplo, los niños que están expuestos a mucha violencia comunitaria pueden desarrollar trauma complejo porque sus cuidadores no los pueden proteger de esos peligros, por mucho que lo deseen.

Todavía no existe evidencia concluyente sobre si determinadas poblaciones de niños son más propensas a experimentar trauma complejo. Pero, dice la Dra. Howard, “normalmente esto ocurre en el contexto de escasos recursos y entornos que son estresantes en general”, lo que significa que los niños de familias con bajos ingresos pueden correr un riesgo mayor.

Tratar el trauma complejo

Un trauma complejo puede ser difícil de tratar porque, a diferencia del tipo de evento traumático típico del TEPT, las experiencias traumáticas crónicas pueden continuar incluso mientras el niño está recibiendo tratamiento. Y la mayor parte de la investigación que respalda los tratamientos basados en evidencia para los síntomas de trauma en niños se centra en el TEPT.

Dicho esto, sigue siendo muy importante que los niños que experimentan trauma complejo reciban tratamiento. El tratamiento principal para el TEPT en niños se denomina terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma (TCC-CT), y cada vez hay más investigaciones sobre cómo adaptarla para utilizarla en el caso de trauma complejo.

También existe un modelo de tratamiento conocido como el marco AAC (en inglés) que está diseñado específicamente para niños que han experimentado trauma complejo. AAC son las siglas en inglés de apego, autorregulación y competencia, y se centra en los siguientes objetivos:

  • Apego: Fomentar conexiones fuertes entre los niños y sus cuidadores y crear un entorno seguro y de apoyo en el que la familia pueda recuperarse del trauma.
  • Autorregulación: Ayudar a los niños a aprender a identificar, expresar y manejar sus emociones.
  • Competencia: Apoyar la autoestima y el sentido de aptitud de los niños, y al mismo tiempo tareas clave del desarrollo como las funciones ejecutivas y las habilidades sociales.

La Dra. Howard señala que el desarrollo de un apego seguro del niño hacia adultos de confianza es el núcleo de cualquier tratamiento para un trauma complejo. “El tratamiento del trauma no involucra al progenitor abusivo, si es que lo hay”, dice. “Para desarrollar apego, se requiere alguien que reaccione de forma relativamente constante”. Puede tratarse de otro progenitor biológico, un padre de acogida, un abuelo o cualquier otro cuidador de confianza. “Lo que los niños necesitan es desarrollar la capacidad de confiar en las personas de este mundo, poder predecir cómo reaccionarán las personas y que su reacción sea apropiada y saludable”.

La Dra. Howard también señala que cuando los niños aún no tienen un adulto de confianza en sus vidas, establecer una relación sólida con un profesional capacitado, como un terapeuta o un trabajador social, puede ser otra forma de reconstruir su sentido del apego.

Cómo apoyar a los niños que han experimentado trauma complejo

Para un niño que está lidiando con un trauma complejo, cualquier apoyo confiable de un adulto afectuoso puede ser muy importante. Si usted es educador, profesional clínico u otra presencia constante en la vida de un niño, hay formas en las que lo puede ayudar, aunque no esté involucrado en su tratamiento formal.

“Lo primero es interpretar las acciones del niño siempre desde un punto de vista benigno”, dice la Dra. Howard. “A veces inferimos el pensamiento adulto y lo aplicamos a los niños. Pero estos niños no están intentando presionarlo. Están reaccionando de forma fisiológica”.

Es útil mantener la calma en la medida de lo posible y tomar medidas para evitar volver a traumatizar al niño. “Hay que ser un poco más prudentes en la forma de acercarse a ellos”, aconseja la Dra. Howard. “No se acerque demasiado físicamente a ellos porque pueden pensar que les va a hacer daño”.

También recomienda mantener un tono de voz neutro, aunque tenga que establecer un límite o establecer una consecuencia por el comportamiento del niño. “Si usted le habla de forma brusca y abrupta, un niño que no ha sido traumatizado, no se va a enojar completamente”, dice. “Pero si empieza a levantar la voz y a mostrarse enojado con un niño que ha sido traumatizado varias veces, usted no sabe lo que pasará. Puede que se escondan y se refugien”.

En general, dice la Dra. Howard, es importante intentar recordar por qué los niños que han experimentado un trauma complejo se comportan de formas que pueden parecer confusas y frustrantes. “Lo hacen porque el mundo es difícil de entender y por eso se muestran reactivos. Lo mejor es afrontarlo con calma y respeto consistente para ayudarlos a superar lo que han vivido.”

La última revisión de este artículo se realizó el 16 de febrero de 2023.