Cómo superar los retos de la convivencia de familias extendidas
Consejos para construir cimientos basados en la comprensión, el respeto y la tolerancia
in EnglishEste artículo se publicó originalmente en el blog del Instituto Gottman.
Cada año, sólo en los Estados Unidos, cerca de 1,5 millones de personas que ya han estado casadas, vuelven a contraer matrimonio. Lamentablemente, la mayoría de estos matrimonios fracasan. De acuerdo con los datos disponibles del censo (página en inglés), la tasa de divorcio en EE.UU. de los nuevos matrimonios es superior al 60%, en comparación con el 50% de los primeros matrimonios. Las segundas nupcias también son más cortas, con una duración media de 14,5 años frente a los 20,8 años de las primeras.
Las relaciones íntimas siempre presentan desafíos, pero volver a casarse incluye un conjunto único de complicaciones que muchas parejas subestiman hasta que otro divorcio parece la única opción. Basándome en mis 30 años de práctica clínica ayudando a personas y parejas divorciadas y vueltas a casar, y en mi experiencia personal con el nuevo matrimonio, sé que las parejas pueden encontrar un amor duradero la segunda vez si tienen expectativas realistas y adoptan una mentalidad de “estamos juntos en esto”.
Formar una familia con hijastros
Para una pareja que se ha vuelto a casar, la crianza de los hijos es especialmente difícil. Por lo general, las parejas primerizas suelen tener la oportunidad, antes de la llegada de los hijos, de familiarizarse con algunas de sus diferencias en cuanto a la crianza de los niños, e incluso de resolver algunas de ellas. Sin embargo, para las parejas en segundas nupcias esto no suele ser el caso, por lo que pueden encontrarse inmediatamente en conflicto sobre la forma de educar, disciplinar y cuidar a los niños (hijastros) de su nueva familia extendida o ampliada.
A decir verdad, la relación entre padrastros e hijastros puede presentar una espesura de problemas espinosos que pueden complicarse por la intromisión de un padre o madre biológicos del mismo sexo, y por los celos y rivalidades que experimentan los hijastros, los cuales pueden resentir la intromisión de un padrastro o una madrastra en su hogar.
Los estudios muestran (página en inglés) que las familias que se vuelven a casar pueden tardar entre tres y cinco años en desarrollar un sentido de pertenencia. A diferencia de las parejas que se casan por primera vez, las que se han vuelto a casar no suelen tener tiempo a solas para formar un vínculo y desarrollar un significado compartido, que consiste en crear rituales (página en inglés) que tengan sentido para ambos esposos y que representen sus valores y creencias. Además, las parejas suelen tener expectativas poco realistas sobre la capacidad de sus hijos para llevarse bien y sentirse cómodos con un nuevo padrastro o madrastra.
Según Chelsea L. Garneau, adoptar expectativas realistas puede mejorar la sensación de satisfacción marital de una pareja que se ha vuelto a casar. Ella estudió a 179 parejas de padrastro y encontró una relación entre tener expectativas realistas sobre las tensiones y las tormentas de la vida de la familia extendida, así como la autoevaluación de la satisfacción de la relación de las parejas que se han vuelto a casar. Garneau también descubrió que algunos de los conceptos erróneos más comunes en la vida de la familia extendida tenían que ver con la facilidad de las parejas para compaginar las finanzas y lidiar con las diferencias en los estilos de crianza.
El complicado papel de un padrastro o una madrastra
Es importante que el padre biológico esté consciente de que su cónyuge puede sentirse confuso, excluido o ignorado en su papel de padrastro o madrastra, y que sea apoyado para que no se sienta ignorado o poco apreciado. Hablar del papel que desempeñará el padrastro o la madrastra en la crianza de los hijos de su nuevo cónyuge, así como de los cambios en las normas y rutinas del hogar, puede ayudar a las parejas a crear un fuerte vínculo familiar.
En Surviving and Thriving in Stepfamily Relationships, Patricia L. Papernow explica que es común que los padrastros se sientan como un “extraño” en su propia casa. Muchos padrastros/madrastras reaccionan haciendo sus propias cosas mientras su pareja pasa tiempo con los niños. Si los dos miembros de la pareja son padres que responden pasando más tiempo con sus hijos biológicos y menos con sus hijastros, esta tendencia a la separación en la familia adoptiva aumenta. Si se desarrolla un escenario de “nosotros“ y “ellos”, esto debilitará la familia y la relación de la pareja que se ha vuelto a casar.
Cuando esto sucede, puede desgastar la cercanía de la pareja, quienes deja de pasar tiempo a solas y en familia. Si no han establecido una fuerte conexión, no están preparados para afrontar eficazmente los conflictos y carecen de las herramientas necesarias para reparar los fallos cotidianos de comunicación, las parejas pueden terminar señalándose con el dedo en lugar de apoyarse con ese sentimiento de solidaridad, de “estamos juntos en esto”.
A diferencia de los padres biológicos, uno de los principales objetivos de ser padrastro o madrastra es ser amigo o mentor de su hijastro de alguna manera. No como un amigo de la escuela, sino un amigo adulto, más parecido a un consejero y un modelo positivo que a una persona que disciplina.
Por ejemplo, Jeffrey, de 47 años, fue al partido de fútbol de su hijastro Kyle cuando su esposa Lauren, de 46 años, tuvo que asistir a una reunión de última hora. Incluso Jeffrey invitó a su hijastro y a unos amigos a comer pizza después del partido. Desde el principio de su matrimonio con Lauren, se sentía como un “extraño” y este fue un paso importante para construir una relación positiva con Kyle.
Jeffrey señaló que “se sintió bien al salir con Kyle y sus amigos. Lauren tenía que trabajar, así que yo intervine. Se sintió aliviada de que yo pudiera hacerlo porque su agenda está llena. Por primera vez, no me sentí como un intruso en la vida de Kyle. Jugué al fútbol en High School y en la universidad, así que tuvimos mucho de qué hablar y la pizza dio en el clavo después de su partido”.
No existe el amor instantáneo entre un padrastro y un hijastro
Una de las cosas más importantes que hay que aprender sobre una familia ampliada es que la mayoría de los niños dan amor y confían en su padre biológico, pero sienten que su padrastro o madrastra debe ganarse su amor y confianza con el tiempo. A menudo, los niños no tienen tiempo para adaptarse a la nueva relación con el padrastro o la madrastra, por lo que la relación puede parecer forzada o poco natural.
Además, en una familia extendida no existe el amor instantáneo. Es común que los padrastros sientan que no reciben el amor y el respeto que reciben los padres biológicos. La mayoría de los padrastros asumen que el amor y el respeto aparecerán instantáneamente con sus hijastros si se esfuerzan por ser amables con ellos. Si eso no ocurre, es fácil que los sentimientos de rechazo, inseguridad y celos crezcan, abriendo una brecha entre la pareja y alejando a los hijos.
Una de las lecciones más importantes que los padres pueden aprender sobre la vida de la familia ampliada es que es mejor que los padrastros procedan lentamente. Tómese su tiempo para conocer a su hijastro. El amor suele llegar después. Aunque no se lleve bien con su hijastro, puede desarrollar una relación de trabajo basada en el respeto. Si su hijastro no se lleva bien con usted de inmediato, no significa que haya fracasado. Se necesitará tiempo. Ser paciente y tener sentido del humor puede ayudarlo a superar algunos momentos difíciles.
Coopere con su pareja y hable, hable, hable. Cree un ritual de comunicación regular sobre los temas que le preocupan y para hablar de lo que va bien. La mayor parte de las conversaciones tendrán lugar lejos de sus hijos o hijastros, pero asegúrese de mantener conversaciones cordiales y discusiones informales sobre las normas familiares, los roles, los quehaceres y las rutinas con los niños. Con el tiempo, todos los miembros de la familia ampliada pueden crear una cultura positiva en conjunto.
Presentar un frente unido a sus hijos e hijastros con su cónyuge es muy útil para la formación de una familia ampliada saludable. Esta acción requiere respeto, cariño y mucho amor, porque puede no ser fácil de hacer si no está de acuerdo con su cónyuge. El cariño y el respeto son especialmente importantes, no pueden precipitarse y se “ganan” o se conceden con el tiempo entre todos los miembros de la familia.
Un nuevo matrimonio exitoso requiere una base construida sobre la comprensión, el respeto y la tolerancia. Los estudios (página en inglés) muestran que las parejas que muestran gratitud por el otro y tolerancia por sus diferencias crean un puerto seguro entre ellos, que les permite manejar mejor las tormentas de la vida en pareja. La creación de esta cultura es un proceso continuo, y el primer paso es aceptar y reconocer que ambos aportan experiencia y perspectivas únicas a su matrimonio, y que sus debilidades se combinan con sus fortalezas y rasgos maravillosos para hacer de cada uno lo que es.