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Niños y ansiedad por el clima

Ayudarlos a lidiar con sus preocupaciones de manera saludable.

Escrito por: Hannah Sheldon-Dean

Expertos clínicos: Grace Berman, LCSW , Jennifer Louie, PhD

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Si te preocupa el cambio climático, no estás solo. Los titulares catastróficos y las predicciones aterradoras tienen a muchas personas nerviosas, y los niños no son la excepción. En una encuesta reciente (en inglés) entre jóvenes adultos de 16 a 25 años, casi el 60 por ciento dijo que se sentía “muy preocupado” o “extremadamente preocupado” por el cambio climático.

A menudo, las cosas que ponen ansiosos a los niños no son amenazas realistas. Los padres pueden validar lo aterradora que es la situación para el niño al mismo tiempo que lo ayudan a entender que sus temores son exagerados.

Con el cambio climático la historia es diferente. En una situación en la que la amenaza es tan clara y muchas personas poderosas parecen no preocuparse lo suficiente, es especialmente difícil saber si tu hijo se está preocupando demasiado. Y como los niños suelen tomar la iniciativa en la acción climática, la frontera entre el activismo y la ansiedad se puede volver borrosa.

Estas son algunas estrategias para ayudar a tu hijo a evitar que sus preocupaciones climáticas, por legítimas que sean, se conviertan en algo dañino, al mismo tiempo que tú lidias con tus propios miedos.

Validar los miedos, fomentar la valentía

Si tu hijo acude a ti con preocupaciones sobre el clima, el primer paso es simplemente escucharlo y reconocer cómo se siente.

Dado que el cambio climático es algo muy racional a lo cual temer, “es necesario validar un poco más sus sentimientos y reconocer claramente que no se lo están inventando”, dice Jennifer Louie, PhD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. Por ejemplo, si un niño oye noticias aterradoras sobre el clima en la televisión, tú podrías decir: “Ese reportaje en las noticias fue perturbador. Entiendo que estés asustado. Cuéntame más sobre lo que pasa por tu mente”.

Al mismo tiempo, “hay que equilibrar la validación del miedo con la creencia en la valentía del niño”, dice Grace Berman, LCSW, trabajadora social clínica del Child Mind Institute. “Gran parte de la ansiedad proviene de este miedo inherente que tienen los niños de no poder manejar esos sentimientos de ansiedad”. Le puedes decir: “Sé que esto te hace sentir muy ansioso. También sé que puedes manejarlo, y podemos trabajar juntos para encontrar maneras de hacerlo más fácil”.

Planificar con antelación

Lo siguiente es ayudar a tu hijo a encontrar formas prácticas de manejar su ansiedad en la vida diaria. Incluso los niños pequeños pueden aprender a identificar sus sentimientos y luego utilizar técnicas sencillas de conciencia plena y relajación cuando experimentan emociones intensas.

Si tu hijo tiene experiencia directa con los efectos del cambio climático, por ejemplo, si tu familia vive en un área propensa a inundaciones o incendios forestales, también puede ser útil elaborar un plan de emergencia claro. “No querrás decirle a los niños que no va a suceder, porque ellos saben que podría pasar”, dice la Dra. Louie. “Pero puedes ayudarlos a centrarse en las partes que pueden controlar y en cuál es el plan si pasa algo”. Al mismo tiempo, asegúrate de que tu hijo sepa que tú estás a cargo. “Es útil que los padres enfaticen que mantener segura a la familia es una tarea de los padres, y que les harán saber a los niños si hay algo que deban hacer”, señala Berman.

Además, independientemente del lugar donde vivan, puede ser útil limitar la exposición de los niños ansiosos a la cobertura de las noticias, sobre todo en el caso de los más pequeños, que aún no saben cómo poner en perspectiva la información aterradora.

Pasar a la acción

Un aspecto único de la ansiedad por el clima es que, a diferencia de muchos tipos de ansiedad, hay pasos reales que los niños pueden seguir para abordar el problema. Y en todo el mundo, están haciendo exactamente eso a través de acciones como huelgas escolares por el clima. Ayudar a los niños a convertir su ansiedad en activismo es una manera excelente de validar sus preocupaciones al tiempo que se refuerza su confianza.

Para los niños (¡y los adultos!) de todas las edades, actuar para contribuir a la solución de un problema es algo empoderador. Los niños pequeños se pueden entusiasmar con el reciclaje, el compostaje, tratar de utilizar menos plástico, plantar jardines polinizadores y caminar o ir en bicicleta en lugar de ir en automóvil. Los niños mayores pueden organizar campañas de concienciación, recaudar dinero para organizaciones medioambientales o ponerse en contacto con sus representantes para promover un cambio de políticas. Organizaciones como Climate Action Families, Science Moms y Parents for Future (en inglés) pueden ayudarte a encontrar más formas de involucrarse en familia.

Evitar acomodar las cosas

Los niños con una ansiedad por el clima más intensa se podrían volver obsesivos a la hora de actuar. Podrían intentar controlarse rígidamente a sí mismos (o a toda la familia) en un intento por hacerlo todo a la perfección. La Dra. Louie da el ejemplo de una niña que estaba tan preocupada por el cambio climático que insistió en que su familia debía evitar por completo hacer viajes largos en auto o comprar alimentos empacados en plástico.

El truco está en actuar sin permitir que la ansiedad tome las decisiones. Cuando los padres ceden a los intentos ansiosos de los niños por controlar una situación molesta, los niños no tienen la oportunidad de crear una tolerancia para sentirse incómodos, y su ansiedad se fortalece con el tiempo. “Tiene sentido que los padres quieran tratar de evitar que su hijo se moleste, pero no ayuda al niño que todo se acomode. De hecho, puede empeorar la ansiedad”, dice la Dra. Louie.

En la práctica, evitar acomodar las cosas suele significar llegar a acuerdos y alejarse de las reglas absolutas. ¿Reducir los envases de comida para llevar? Sí. ¿Rechazar la comida si proviene de uno de estos envases? No. Si tu hijo constantemente se molesta mucho por cualquier desviación de las normas estrictas, podría beneficiarse de la ayuda profesional para tratar su ansiedad (más sobre esto a continuación).

Modelar la resiliencia

Ayudar a los niños con ansiedad climática puede ser especialmente difícil para los padres que comparten esas mismas preocupaciones. Y los niños tienden a seguir el ejemplo de sus padres. “Si tú te preocupas mucho y dejas que eso se interponga en tu vida, ellos también lo sentirán y se preocuparán”, dice la Dra. Louie.

Mostrar que te preocupas por el cambio climático pero sin permitir que la preocupación te abrume ayuda a los niños a aprender a hacer lo mismo. Sé explícito con los niños sobre tu forma de pensar y tus estrategias de afrontamiento. “Por ejemplo, si van juntos al supermercado, podrían hablar sobre llevar bolsas reutilizables”, dice Berman. “Pero si las olvidas, puedes decir en voz alta: ‘No pasa nada, me acordaré la próxima vez’”.

Ser sincero con los niños sobre tus propios sentimientos los ayudará a aprender que la ansiedad es normal y manejable. Puedes estar de acuerdo con ellos sobre la seriedad de la situación y, al mismo tiempo, hacer énfasis en que sentirse menos ansioso no significa preocuparse menos o estar menos comprometido con la acción. “Si tu hijo acude a ti preocupado por el clima —dice Berman— puedes decirle: ‘Yo también me preocupo mucho por eso’. Cuando me siento preocupado, me ayuda respirar profundamente, ir a dar un paseo al aire libre y apreciar la naturaleza o inscribirme en un evento de voluntariado. Veamos si podemos hacer algo así juntos”. Al practicar juntos las habilidades de afrontamiento, tanto tú como tu hijo pueden aprender a dominar la ansiedad y centrarse en la acción.

Si notas que te sientes abrumado durante estas conversaciones, o si estás lidiando con una ansiedad especialmente intensa, es mejor que te tomes un espacio para ti mismo y retomes la conversación cuando te sientas más tranquilo.

Cuándo buscar ayuda

Si tu hijo tiene preocupaciones especialmente graves sobre el cambio climático, podría ser señal de un problema de ansiedad mayor.

“Cuando pensamos en la ansiedad, pensamos en cuánto está interfiriendo en tu vida diaria. ¿Qué tan persistente y continua es?”, dice Berman. Los niños que se preocupan mucho por el cambio climático suelen tener también otras preocupaciones mayores, y algunos pueden estar lidiando con trastornos de ansiedad no diagnosticados o con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Estas son algunas señales clave de que tu hijo podría beneficiarse de un apoyo profesional:

  • Su ansiedad es tan intensa que se interpone en la escuela, las amistades, la vida familiar o las actividades cotidianas como dormir o comer.
  • Son más los días en que se presenta esta preocupación intensa que los que no.
  • Este patrón de ansiedad se mantiene de forma constante durante al menos dos semanas.

Pasar mucho tiempo hablando sobre el cambio climático o tomando medidas contra él es un problema únicamente si el niño está tan ansioso que no puede seguir con su vida habitual. Por ejemplo, un niño que ve todos los días videos de YouTube sobre la acción climática podría estar bien, pero faltar a la escuela o quedarse despierto toda la noche para seguir viéndolos serían señales de un problema.

El tratamiento eficaz para los niños que experimentan una intensa ansiedad por el clima funciona de forma muy parecida al tratamiento de otros tipos de ansiedad. Un tratamiento basado en evidencia llamado terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ayudar a los niños a aprender cómo sus pensamientos y su comportamiento influyen en sus sentimientos.

En el caso de los niños que han experimentado personalmente los efectos perturbadores del cambio climático (por ejemplo, si ellos o un ser querido han perdido su casa en un evento meteorológico extremo), es importante considerar también si sus síntomas pueden tener su origen en un trauma más que en la ansiedad. El trauma se trata de manera diferente a la ansiedad, por lo que obtener un diagnóstico preciso de un profesional de la salud mental es el primer paso para ayudar a tu hijo a sentirse mejor.

Mantener la conversación abierta

Surgirán nuevas preocupaciones y preguntas, y eso está bien, incluso cuando no conozcas las respuestas. Aprender junto a tus hijos les da poder y refuerza que tú estás ahí para ayudarlos a resolver cualquier información aterradora que pueda surgir. “A menudo les recuerdo a los niños que hay muchas personas realmente inteligentes que están trabajando en esto”, dice la Dra. Louie. “Está bien que el niño esté preocupado, pero no es un problema solamente suyo. Puedes incluso hacer énfasis en noticias positivas como las nuevas tecnologías que se están desarrollando para luchar contra el cambio climático”.

Berman señala que hacer de la lucha contra el cambio climático un valor familiar fundamental, en lugar de una actividad puntual, también puede ayudar a los niños a mantener la ansiedad bajo control. “Mantener conversaciones sobre el tema de forma realmente responsable y didáctica (por eso limitamos nuestras vacaciones, por eso reciclamos, por eso planeamos adquirir un vehículo eléctrico) minimiza el pánico al respecto”, afirma. Al hacer que acciones sencillas como estas formen parte de la vida familiar “puedes ayudar a tu hijo a ser un ciudadano responsable, vivir de acuerdo con sus valores y no desesperarse por ello”.

La última revisión de este artículo se realizó el 13 de junio de 2024.