¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
Cómo puede afectar a los niños, y cómo los padres pueden ayudar.
Expertos clínicos: Heather Bernstein, PsyD , Dr. Ramón Burgos
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
- ¿Cuáles son las señales del trastorno afectivo estacional?
- ¿Qué debo hacer si creo que mi hijo tiene un trastorno afectivo estacional?
Lectura rápida
El trastorno afectivo estacional (TAE) es un tipo específico de depresión que va y viene con los cambios de estación. Presenta los mismos síntomas que el trastorno depresivo mayor, pero solo se produce durante determinados meses del año.
La mayoría de las personas que experimentan el trastorno afectivo estacional se deprimen en otoño e invierno. Los expertos no están seguros del porqué sucede esto. Podría deberse al hecho de que recibir menos luz solar en invierno afecta las sustancias químicas del cerebro que juegan un papel en el estado de ánimo y los niveles de energía.
Los síntomas del trastorno afectivo estacional son iguales a los de la depresión. Incluyen estar triste o irritable, tener poca energía, grandes cambios en los hábitos alimenticios o de sueño, sentirse desesperado y pensar en el suicidio. El trastorno afectivo estacional se diagnostica únicamente a personas que muestran estos síntomas durante al menos dos semanas y que los experimentan durante determinados meses.
El trastorno afectivo estacional suele tratarse con terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC puede ayudar a los niños a crear rutinas saludables y encontrar formas de aumentar la energía. A veces también se utiliza la medicación antidepresiva para tratar el trastorno afectivo estacional.
Los niños que muestran señales de depresión solo durante ciertas estaciones pueden tener un trastorno afectivo estacional. Busque grandes cambios en su estado de ánimo y comportamiento típicos, como negarse a hacer cosas que normalmente les gustan. Un mal día aquí y allá no es un problema. Pero un patrón de cambio que dura semanas podría serlo. Puede consultar a un médico o terapeuta si cree que su hijo pudiera estar necesitando ayuda.
Si ha notado un cambio en el estado de ánimo o en el comportamiento de su hijo a medida que cambia la estación, puede que se haya preguntado si el trastorno afectivo estacional o TAE (SAD, por sus siglas en inglés) podría tener que ver. Pero, ¿qué es exactamente el trastorno afectivo estacional y cómo saber si su hijo lo está experimentando? Continúe leyendo para comprender mejor este diagnóstico a veces confuso, así como para obtener consejos que ayuden a su hijo a salir adelante este invierno, esté o no experimentando TAE.
¿Qué es el trastorno afectivo estacional?
A pesar de su nombre, el TAE no es un trastorno independiente o distinto a otros, de acuerdo con el DSM-5 (que clasifica los trastornos psiquiátricos). Más bien, es una forma específica del trastorno depresivo mayor que aparece y desaparece según los cambios de estaciones.
“En términos de síntomas, el trastorno afectivo estacional y la depresión son lo mismo”, dice Heather Bernstein, PsyD, psicóloga clínica del Child Mind Institute. “El trastorno afectivo estacional es esencialmente un trastorno depresivo mayor que ocurre durante meses específicos del año”.
La mayoría de las personas afectadas por el TAE experimentan episodios de depresión durante el otoño y el invierno, ya que los días son más cortos en muchas partes del mundo. Cuando la estación cambia de nuevo, la depresión desaparece hasta el siguiente año. Sin embargo, un número menor de personas experimentan en cambio depresión durante la primavera y el verano. Las mujeres son más propensas que los hombres a verse afectadas, y los síntomas suelen comenzar a aparecer en adolescentes mayores o adultos jóvenes, aunque los niños más pequeños también pueden experimentarlo.
Los expertos no están seguros de qué causa el TAE, pero una teoría es que la disminución de la luz solar en los meses de invierno puede afectar los niveles de melatonina y serotonina en nuestros cerebros, lo que a su vez puede afectar nuestro humor y nivel de energía.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno afectivo estacional?
Los síntomas del TAE coinciden con los de otros tipos de depresión, incluyendo:
- Sentirse inusualmente triste o irritable, incluso cuando no hay una razón evidente.
- Perder el interés en las cosas que solían ser agradables.
- Bajos niveles de energía.
- Cambios en el peso o en los hábitos alimenticios.
- Dormir demasiado o muy poco.
- Ser demasiado autocrítico.
- Involucrarse en conductas autolesivas, como cortarse.
- Sentirse desesperanzado, sin valor o aletargado.
- Tener pensamientos o intentos de suicidio.
Como en otros tipos de depresión, únicamente se obtiene un diagnóstico si están presentes varios de estos síntomas durante al menos dos semanas. Además, el patrón de la depresión que aparece y desaparece con las estaciones debe ocurrir por lo menos durante dos años para que se considere TAE.
También es importante descartar otras fuentes de estrés. “Uno de los criterios para este diagnóstico en particular es que no está asociado con un patrón estacional donde siempre hay un factor estresante”, dice la Dra. Bernstein. Por ejemplo, un niño que participa en un deporte de invierno estresante, y que siempre se deprime cuando comienzan las prácticas, no sería diagnosticado con TAE, porque su cambio de humor no es causado por el cambio de estación en sí.
¿Cómo se trata el trastorno afectivo estacional?
En muchos casos, el tratamiento recomendado para el trastorno afectivo estacional es la terapia cognitivo-conductual o TCC (CBT, por sus siglas en inglés).
Debido a que los niveles de energía y motivación disminuyen cuando las personas están deprimidas, la TCC para este diagnóstico a menudo se centra en lo que se llama activación conductual. “Habrá muchas intervenciones conductuales para lograr hacer la acción opuesta a la que su cuerpo lo está impulsando a hacer”, dice la Dra. Bernstein. “El tratamiento puede enfocarse en preguntas como: ¿De qué manera podemos establecerun horario? ¿Cómo hacemos las cosas a pesar de que no queramos hacerlas?”. Esto puede incluir apoyo para desarrollar y cumplir con las rutinas de los horarios de sueño, hábitos alimenticios, tiempo de pantalla y conexión social.
Especialmente en regiones que se vuelven mucho más frías y oscuras en invierno, la activación conductual también puede tener como objetivo mantenerse activo y salir al exterior a la luz del día, incluso cuando no es atractivo hacerlo. “Cuanto más podamos equilibrar nuestro acceso a la luz del sol, más beneficioso será”, dice la Dra. Bernstein. “También se ha encontrado que la actividad física regular y una dieta balanceada son beneficiosas”.
En algunos casos, el TAE también se trata con medicamentos antidepresivos, incluidos los ISRS. La fototerapia, que consiste en el uso de lámparas especializadas que imitan la luz del sol, también es una opción que algunas personas con TAE han encontrado útil para reducir los síntomas.
¿Cuándo deben preocuparse los padres por el trastorno afectivo estacional?
Todos los niños se ponen de mal humor de vez en cuando, especialmente si están lidiando con algo que es difícil en su vida, como una pelea con un amigo o una mala racha en la escuela. Puede ser difícil saber si el mal humor y la irritabilidad de su hijo son motivo de preocupación.
La Dra. Bernstein recomienda pensar en términos de cambios en el comportamiento normal de su hijo, sea lo que sea que “normal” signifique en este momento. Tal vez a su hijo le encantaba publicar videos de TikTok, pero ahora dice que ya no es divertido. O tal vez se ha sentido frustrado todo el tiempo, pero solo ahora se niega a hacer las tareas escolares. Si su hijo parece estar perdiendo la motivación o le cuesta más disfrutar de las cosas, esos podrían ser síntomas de depresión, ya sea que técnicamente califique o no como un trastorno afectivo estacional.
Buscar patrones de cambio es clave, dice la Dra. Bernstein. “No estamos hablando de un niño que está activo toda la semana y luego tiene dificultades para salir de la cama el viernes”, dice. “Estamos hablando de al menos dos semanas de no responder a los amigos, de no ir a la mesa para cenar, de no hacer las tareas escolares. Cuando usted nota un patrón persistente es el momento de pedir ayuda”.
También es importante recordar que siempre puede consultar a un profesional, incluso si no está seguro de que haya un problema. “Escuchen esa intuición paternal que dice: ‘Esto no está bien’”, dice la Dra. Bernstein. “Acérquense a un pediatra, terapeuta o médico general. Es mejor consultar si algo es normal tan pronto como empiecen a preguntárselo, en vez de esperar hasta que sea evidente que es un problema”.
Consejos para facilitar los inviernos
Con diagnóstico o no, a muchas personas les cuesta más mantenerse felices durante el invierno. Entre el clima frío, la falta de luz y el estrés de las festividades, puede requerir un poco de esfuerzo adicional lograr mantener saludable a toda la familia.
“Tenemos que ser más conscientes de ¿cómo nos cuidamos a nosotros mismos”, señala la Dra. Bernstein. “¿Cómo cuidamos de nuestros hijos? ¿Cómo mantenemos los hábitos saludables, incluso cuando se vuelve más difícil?”.
Para ello, recomienda adelantarse a los desafíos de la temporada poniendo en marcha algunas estrategias ahora, tanto si se trata de un trastorno afectivo estacional como si no.
- Apéguese a las rutinas. Ya lo ha oído mil veces, pero sigue siendo cierto: las rutinas ayudan a niños y adultos por igual. Tener un horario constante para dormir, comer, trabajar y realizar actividades familiares puede proporcionar cierta estabilidad en momentos de incertidumbre, y mantener el ánimo de todos.
- Priorice los hábitos saludables. Pídale a los niños que le den sus propias ideas sobre actividades saludables que les gustaría hacer con regularidad. Tal vez sea una excursión al parque después de la escuela (¡incluso con frío!) o una búsqueda semanal de blogs de cocina para encontrar nuevas recetas divertidas.
- Establezca expectativas realistas. “Es un verdadero problema cuando encontramos soluciones que no están a nuestro alcance”, dice la Dra. Bernstein. Por ejemplo, usted podría pensar que hacer ejercicio todos los días es la única manera de que su familia se mantenga saludable, pero los horarios de trabajo y escuela se interponen. Intente reunirse como familia y buscar alternativas factibles: ¿Qué tal un partido de baloncesto en la entrada de su casa dos veces a la semana o turnarse para elegir la música para una fiesta familiar de fin de semana?
Sea lo que sea que elijan hacer, un esfuerzo de equipo puede hacer más fácil mantenerse bien encaminados. “No será solo para la persona que está lidiando con la depresión o con un patrón de desafíos”, dice la Dra. Bernstein. Si su hijo está pasando por un momento difícil, piense en lo que sería útil para él y úselo para crear algunas prácticas que toda la familia pueda seguir.