Los niños que tienen el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC (OCD, por sus siglas en inglés) son asediados por pensamientos, imágenes o impulsos no deseados que son difíciles de controlar, lo que les causa un gran estrés y preocupación. A esto se les llama obsesiones. Para aliviar la ansiedad causada por sus pensamientos obsesivos, realizan acciones repetitivas y ritualizadas conocidas como compulsiones. Un niño con TOC puede necesitar alinear las cosas, tocarlas en cierto orden al salir de alguna habitación o lavarse las manos repetidamente.
Algunas conductas asociadas con el TOC son fáciles de confundir con el TDAH, problemas de aprendizaje o con conductas negativistas o de oposición.
Para los niños con TOC, el funcionamiento en la escuela puede ser complicado y muy difícil. Aquí hay algunas cosas que usted, y la clase en conjunto, pueden hacer para ayudarlos a concentrarse en el aprendizaje:
Los niños con TOC suelen ser objeto de burlas e intimidaciones debido a sus síntomas. Se sienten muy incómodos con sus rituales, al saber que los están observado. Puede ser de gran ayuda explicar a toda la clase lo que está sucediendo, especialmente cuando un niño va a estar en la misma escuela durante varios años, además de que puede inspirar una sorprendente cantidad de solidaridad por parte de otros niños.
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