Saltar al menú principal Saltar al contenido Saltar al pie de página

Lo sentimos, la página que buscas no tiene versión en español. Puedes hacer una nueva búsqueda o visitar la página de Temas populares.

Abordar los miedos y dilemas del Halloween

Cómo manejar la ansiedad por el “truco o dulce”, los problemas sensoriales y más.

Escrito por: Faith Wilkins

Experto clínico: Kathryn L. Keough, PhD

in English

Para muchos niños (y adultos), Halloween es una fiesta divertida, llena de azúcar, que inspira creatividad y un poco de travesura. Los niños se disfrazan y participan en juegos de simulación, lo que fomenta su imaginación. Y el “truco o dulce” les anima gentilmente a desarrollar habilidades sociales cuando tocan la puerta de sus vecinos.

Pero Halloween puede resultar abrumador para muchos niños, en especial para quienes enfrentan desafíos de salud mental o de comportamiento. Los niños pequeños podrían tener dificultad para distinguir entre los monstruos imaginarios y la realidad, mientras que los niños que enfrentan desafíos como ansiedad y autismo podrían tener miedos y dificultades subyacentes que se acentúan durante esta festividad.

Entonces, ¿cómo pueden los padres asegurarse de que su hijo disfrute Halloween sin terminar llorando o con una crisis emocional al final de la noche?

Echa un vistazo previo a las decoraciones espeluznantes

Las decoraciones espeluznantes de Halloween, como esqueletos, fantasmas y cementerios, pueden asustar en general, pero en el caso niños pequeños y con ansiedad u otros problemas de salud mental pueden ser especialmente aterradoras. Puede que tu hijo quiera ir a pedir dulces con sus amistades, pero le preocupan las decoraciones espeluznantes de los vecinos o cualquier otra cosa que pudiera estar al acecho en las sombras de la noche, explica Kathryn L. Keough, PhD psicóloga en el Centro para trastornos de ansiedad.

“Queremos seguir el ejemplo de los niños”, afirma. “Está bien decir ‘esto asusta demasiado a mi hijo en este momento’, y pensar en otras maneras de celebrar Halloween o divertirse en familia”.

También hay formas de ayudar a los niños a prepararse para algunos de los sustos con los que se podrían encontrar. “Esto podría consistir en dar un paseo por el vecindario en el que tu hijo pedirá dulces, pero durante el día y sin aglomeraciones, para que puedan conversar y ayudarle a distinguir entre la fantasía y la realidad”, dice la Dra. Keough. “Por ejemplo, le puedes mostrar a tu hijo los animatronics que se activan con el movimiento y mostrarle cómo funcionan, para que sean menos atemorizantes cuando se los encuentre por la noche”.

Otra cosa que puedes hacer como preparativo, dice la Dra. Keough, es escuchar canciones de Halloween en casa o ver películas con temática de Halloween. “Trata de practicar poco a poco y desde antes con los temas o imágenes espeluznantes de la festividad”.

Haz un plan para pedir dulces

Los niños con ansiedad social o autismo suelen tener dificultad con las interacciones sociales, ya sea con las personas que conocen o con extraños.

Es posible que les preocupe el hecho de tener que tocar a la puerta y pedir dulces a sus vecinos. Según la Dra. Keough, algo que puede ayudar es hacer un plan y desglosar las cosas paso a paso. Podrías decir algo como: ‘¿Qué te parece si en las primeras cinco casas decimos juntos ‘truco o dulce’ y ‘gracias’?’”, afirma.

“De esta manera, tu hijo podrá fortalecer su confianza y motivación antes de acercarse solo a la casa de alguien y tocar el timbre”.

Con un poco de preparación, tus hijos podrán participar en la diversión de las fiestas y aprovechar sus beneficios.

“El “truco o dulce” puede ser una oportunidad para que los niños salgan con amigos y prueben una mayor independencia de la que suelen tener en el vecindario”, dice la Dra. Keough. “Es un espacio seguro donde puedes supervisar, pero aflojando un poco las riendas, lo que le permite a tu hijo experimentar una mayor autonomía y animarse a ser valiente”.

Como dice la Dra., esto puede variar según la edad del niño. Tiene sentido que los padres sean parte de la experiencia en todo momento. Pero en el caso de los niños de mayor edad, puedes caminar unos pasos detrás de ellos mientras van de casa en casa, o incluso dejar que recorran el vecindario de forma independiente y quedarte esperando al final de la calle.

Algo que también puede garantizar una experiencia satisfactoria de “truco o dulce” es comprobar periódicamente que todo va bien a lo largo de la noche. “Asegúrate de que se siguen divirtiendo”, dice la Dra. Keough. “Se podrían abrumar porque su disfraz les pica, o porque hay muchas personas alrededor, o mucho ruido, o porque está oscureciendo o han visto demasiados disfraces espeluznantes, entre otras cosas”

Como explica la Dra., “es mucho mejor terminar con un sabor de boca más positivo, si es posible, en lugar de intentar que los niños terminen de recorrer todo el vecindario, por ejemplo”.

El dilema del disfraz

Para muchos niños, elegir el disfraz es una divertida tradición de Halloween, pero para quienes tienen problemas sensoriales o autismo, una prenda inadecuada (un tejido que pica, una manga ajustada, una máscara) puede provocar una crisis. Es comprensible que algunos padres decidan que lo mejor es que su hijo no se disfrace, aunque les preocupa la reacción de los demás niños cuando van de casa en casa.

La Dra. Keough plantea que hay diferentes enfoques que podrían adoptar los padres para informar a sus vecinos de los desafíos de su hijo. “Algunas familias pueden dejar una breve nota en los buzones de sus vecinos o publicar un mensaje en el grupo de Facebook de su vecindario”, explica. “Incluye una foto de tu hijo y una breve introducción que diga: “Este es mi hijo. Le emociona mucho participar en Halloween. Pero, debido a su diagnóstico de autismo, no puede llevar un disfraz. Esperamos su comprensión y que de todas formas le den un dulce cuando pase con ustedes”.

Otra opción es que los niños lleven una cesta de calabazas (en inglés) con el color de su dificultad específica. Por ejemplo, una calabaza azul simboliza el autismo o los problemas del procesamiento sensorial.

Para otros niños, llevar un disfraz puede ser estresante por una razón completamente diferente. “Ponerse un disfraz puede provocar ansiedad debido a la atención que suscita”, explica la Dra. Keough. “Podrían pensar: “¿Las personas me van a hacer muchas preguntas sobre mi disfraz o me van a mirar fijamente o se van a reír de mí, o qué pasa si piensan que es raro?”. A veces, los niños incluso se preocupan porque nadie más vaya a llevar un disfraz, a pesar de la confirmación de sus padres”.

Al ponerse un disfraz y enfrentarse a la situación, dice la Dra. Keough, se darán cuenta de que ninguno de sus temores se hizo realidad. “E incluso si las personas se fijaron en su disfraz, se darán cuenta de que lo pudieron manejar y responder a las preguntas”.

Los beneficios de los disfraces

Para los niños pequeños que disfrutan los disfraces, jugar a disfrazarse puede ofrecer muchos beneficios para su desarrollo. “Disfrazarse les da la oportunidad de practicar el juego fantástico, lo que les ayuda a pensar en lo que piensan las personas”, dice la Dra. Keough. “Y les ayuda a desarrollar su imaginación, creatividad y flexibilidad. Al actuar como un personaje, tienen que recurrir a múltiples habilidades cognitivas, sociales y emocionales para ponerse en la piel de otra persona”.

Colaborar con tus amigos en la creación de disfraces también les brinda la oportunidad de resolver problemas. “Tengo muchos pacientes que están trabajando con sus amigos en un disfraz grupal”, describe. “Por lo tanto, tienen que practicar cómo compartir ideas, resolver conflictos o desacuerdos y llegar a acuerdos”.

Queremos que nuestros hijos disfruten de estos beneficios, pero es mejor que no presionar a que participen si sienten que no lo podrán hacer. Halloween está pensado para ser divertido, dice la Dra. Keough, y la exposición gradual ayuda a los niños a afrontar sus miedos si es a un nivel pequeño que sienten que sí pueden manejar, y con mucho apoyo y orientación de parte de sus padres o cuidadores, según sea necesario.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son algunas actividades de Halloween aptas para personas con sensibilidad sensorial?

Las actividades de Halloween aptas para personas con sensibilidad sensorial incluyen recorrer el vecindario para ver las decoraciones a la luz del día, ver películas de Halloween o escuchar música temática en casa y permitir que los niños se salten los disfraces incómodos. Algunas familias utilizan una bolsa de calabaza azul para indicar que tu hijo tiene problemas sensoriales o del desarrollo, lo que ayuda a los vecinos a crear una experiencia más comprensiva e inclusiva.

¿Cómo puedo manejar la ansiedad que le causa el Halloween a mi hijo?

Para manejar la ansiedad por Halloween, ayuda a tu hijo a prepararse visitando áreas decoradas durante el día y practicando lo que podría esperar. Haz un plan para pedir dulces, comienza con pequeños pasos y comprueba cada cierto tiempo cómo se va sintiendo. La exposición gradual y terminar la noche con un sabor de boca positivo pueden reducir los miedos y generar confianza.

¿Qué significa una calabaza azul?

Una calabaza azul simboliza el autismo o los problemas de procesamiento sensorial. Los niños que llevan calabazas azules mientras piden dulces podrían tener dificultad para usar disfraces o para mantener interacciones sociales, y la calabaza azul ayuda a las demás personas a reconocer y apoyar una experiencia de Halloween más inclusiva y comprensiva.

La última revisión de este artículo se realizó en 3 de noviembre de 2025.

Lectura relacionada

Más relacionadas