Cómo puede ayudar la conciencia plena a los cuidadores
Los padres de niños con necesidades especiales encuentran que estas técnicas disminuyen el estrés y la ansiedad
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es la atención plena?
- ¿Cómo la práctica de la atención plena puede prevenir el agotamiento?
- ¿Cuáles son algunas de las herramientas de atención plena que me pueden ayudar?
Lectura rápida
La atención plena, también conocida como “mindfulness”, es la práctica de centrarse en el presente en lugar de preocuparse por errores pasados o problemas futuros. Puede ser una herramienta muy útil para los padres de niños con necesidades especiales. La atención plena enseña a las personas a tomar un poco de distancia de sus preocupaciones. Aprenden a reconocerlas sin dejarse llevar por ellas. Esto es útil cuando las cosas se ponen difíciles.
Practicar la atención plena cuando las cosas son menos complicadas ayuda en los momentos difíciles. Diferentes formas de atención plena funcionan para diferentes personas. Probar diferentes herramientas le ayudará a encontrar la que mejor funciona para usted. Empiece por dedicarse unos minutos de calma. Esto puede ser tan sencillo como sentarse con los ojos cerrados y concentrarse en su respiración. Para algunas personas, la atención plena puede significar tener un tiempo para rezar. Para otras personas, dar un paseo tranquilo es una forma de atención plena.
Encontrar lo que funciona mejor para usted y practicarlo puede ayudarlo a calmarse cuando empiece a sentirse estresado. Los padres de niños con necesidades especiales suelen sentir que nunca logran hacer lo suficiente por su hijo. Eso puede causar agotamiento. En su lugar, aprender a ver el panorama general y no sentir que tiene que arreglarlo todo puede ser un gran alivio. Y también lo convertirá en un mejor padre.
Uno de los mayores desafíos de criar a un niño con necesidades especiales profundas es manejar las consecuencias emocionales. Queremos lo mejor para nuestros hijos, y con los niños cuyos problemas no son de fácil resolución, llega a parecer que nunca se puede hacer lo suficiente.
Por ejemplo, los padres de niños con necesidades especiales a menudo se sienten culpables si no están a cada momento con sus hijos, o si no consiguen los mejores servicios para ellos. Esto puede provocar, o al menos contribuir al agotamiento del cuidador, lo que es destructivo tanto para el padre como para el hijo.
Los padres tienen que aprender a aceptar que está bien ser “lo suficientemente buenos” y no aspirar a la perfección, dice la Dra. Wendy Blumenthal, una psicóloga de Atlanta.
La Dra. Blumenthal anima a los padres a reconocer que tomar decisiones que consideren a toda la familia y preserven su propia salud mental es, en última instancia, lo mejor para su hijo con problemas. Eso podría significar “llevar a su hijo con un tutor para la dislexia dos veces por semana, en lugar de inscribirlo en la mejor escuela de la ciudad por 40 mil dólares al año”, añade. “Se trata de tomar decisiones lo ‘suficientemente buenas’”.
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Mona Latham tardó casi dos décadas en darse cuenta de que no podía ser todo para sus hijos. El hijo de 24 años de Latham sufrió una lesión cerebral traumática cuando era niño, y las consecuencias de ello han incluido TOC, problemas con el funcionamiento ejecutivo y TDAH leve. Su hija, ahora de 19 años, ha sido diagnosticada con TOC, ansiedad, TDAH y, más recientemente, con depresión aguda. “Ha sido una cosa tras otra”, dice.
Con el tiempo, Latham ha aprendido a darse permiso para disfrutar de su vida y de sus hijos. “Definitivamente, me he vuelto más resistente a lo largo de los años—dice—, y parte de ello es aprender a apreciar lo que hay y no tratar de convertirlos en algo que no son”. Ella ha dado un paso hacia atrás de la perfección y encontró algo más viable. “No intento solucionar todos los problemas que surgen cada día”.
Cómo ayuda la conciencia plena
La actitud de aceptación de Latham refleja un enfoque de “conciencia plena” (mindfulness en inglés), o un enfoque en la realidad del aquí y ahora. Un estudio de la Vanderbilt University (página en inglés) publicado en Pediatrics encontró que seis semanas de entrenamiento de conciencia plena a padres de niños con varios diagnósticos condujo a reducciones significativas de estrés, depresión y ansiedad, así como a una mejora del sueño y satisfacción con la vida.
Al comienzo del estudio, el 85 por ciento de los participantes reportaron un estrés significativamente elevado, 48 por ciento dijo estar clínicamente deprimido y 41 por ciento reportó desórdenes de ansiedad.
Las personas que practican la conciencia plena aprenden a prestar atención específica a lo que está sucediendo en el momento, y eso incluye los momentos estresantes o caóticos. Es fácil dejarse llevar por el estrés o la negatividad, pero la conciencia plena enseña a las personas a distanciarse de sus pensamientos negativos, al aprender a reconocerlos y etiquetarlos cuando ocurren.
El Dr. Elisha Goldstein, autor del libro de mindfulness The Now Effect: How This Moment Can Change the Rest of Your Life, lo explica así: “Si puedes decirte a ti mismo en ese momento: ‘Esto es un caos’, no de una manera ansiosa o con miedo, sino simplemente nombrarlo, la investigación demuestra que bajamos el volumen de la amígdala, que es el circuito del miedo del cerebro, y atraemos más actividad a la corteza prefrontal, de tal manera que podamos ser más conscientes de lo que está sucediendo en ese momento”.
Ser más reflexivos y menos emocionales ayuda a los padres a sentirse más en control. El Dr. Goldstein dice que su respuesta calmada ayuda a los niños a calmarse también. “Ellos dicen: ‘Ok, puedo confiar en que mi padre tiene el control, este es un ambiente seguro’. Y se sienten más seguros y así avanzan”.
Estrategias de conciencia plena
Practicar la meditación de conciencia plena durante los momentos menos estresantes también puede ayudar a los padres a sentirse más tranquilos y regulados. Robbie Pinter utilizó una creciente variedad de técnicas de meditación de conciencia plena para lidiar con el estrés diario de la crianza desde antes de que su hijo Nicholas, ahora de 22 años, fuera diagnosticado con trastorno bipolar a los 5 años y más tarde con autismo.
“Muy pronto empecé una práctica que llamé ‘tomar tiempo de silencio’, y luego se convirtió en más meditación y ahora también hago algo llamado ‘oración para estar centrada’”. Todas esas cosas, dice, son formas de conciencia plena. Ella participó en el estudio para padres de niños con necesidades especiales. “Fue simplemente maravilloso”, dice. “Fue tanto un entrenamiento de conciencia plena (el paso a paso de la parte de la meditación), como aprender a tener este diálogo interno donde te dices a ti mismo: ‘Lo que es real es el momento en el que estás, no lo que sigue después y no lo que pasó antes’”.
No es un sistema perfecto. “Esta mañana que llevé a Nicholas al trabajo debo decir que nada de eso funcionó”, ríe. “Pero si puedes volver a ello después y decir ‘bien, eso fue lo que fue en ese momento’ y luego pasar a otra cosa, entonces habrá funcionado. Creo que es en eso en lo que me ayuda la meditación”.
Darse un respiro
La práctica diaria de conciencia plena de Pinter incluye:
- Meditación: dedicar “tiempo de silencio”, al menos 20 minutos al comienzo del día.
- Leer algo relajante “que lo mantenga alejado de la lista de cosas por hacer, ya sea algo religioso, espiritual o simplemente alguna poesía que le llame la atención”.
- Un paseo por el bosque.
- Recordar mantras para fomentar la atención, como “no hay prisa, no hay prisa”.
- Diálogo interno positivo basado en el momento presente.
Sin estas prácticas, dice Pinter que su vida sería completamente diferente, y no de una manera positiva. Esto ha ayudado tanto a Pinter como a su marido (quien también practica la conciencia plena y fue uno de los pocos padres que participaron en el estudio) a mantenerse cuerdos y evitar lo que se llama el agotamiento del cuidador.
Criar a un niño con un diagnóstico de desarrollo o psiquiátrico nunca va a ser fácil o sin estrés. Pero el agotamiento tampoco es inevitable. Aprender a ver el panorama general y darse permiso para no quedar atrapado tratando de arreglar todo puede ser un gran alivio. Y lo hará un mejor padre.