Cuando se acerca la hora de regresar a la escuela, la estructura y la rutina ayudan a todos los niños, pero especialmente a quienes tienen necesidades especiales. La salud mental y los problemas de aprendizaje pueden aumentar durante el regreso a la escuela, por lo que es importante mantener un contacto regular con el maestro de tu hijo.
Consejos para padres este regreso a clases
Modela confianza, crea una estructura y conoce a los maestros nuevos.
Clinical Expert: Harold S. Koplewicz, MD
in EnglishTodos los niños enfrentan desafíos cuando regresan a la escuela. Pero el regreso a clases puede ser excepcionalmente difícil para el 20 por ciento de quienes tienen un trastorno de salud mental o del aprendizaje.
El entorno escolar exige muchas cosas que las actividades del verano no: la capacidad de quedarse sentados sin moverse, mantener cierta organización y concentración, así como seguir un horario altamente estructurado. La escuela también requiere que los niños se separen de sus padres y que interactúen con sus compañeros, desafíos enormemente difíciles para cualquier niño con ansiedad.
Estas son seis cosas que los padres de niños que enfrentan algún tipo de desafío deberían saber sobre el regreso a clases.
1. Los problemas de salud mental afloran durante el regreso a clases
Los niños con necesidades especiales necesitan mucha ayuda para aprender a manejar un nuevo horario. Como padre o madre, puedes reducir la ansiedad de tu hijo al modelar confianza y una actitud de calma, así como al brindar estructura a la vida familiar (las comidas, las tareas y las rutinas de sueño).
Pero si tu hijo está mostrando señales de ansiedad extrema y está teniendo dificultades inusuales en la escuela, deberías abordar tus preocupaciones con el maestro de tu hijo, así como con un profesional de la salud mental, alguien que te pueda decir si los desafíos que enfrenta tu hijo son típicos de la edad o si requieren una evaluación más profunda.
2. El cerebro de los niños está cambiando drásticamente
Se producen cambios profundos en el cerebro de los niños, especialmente a medida que entran a la adolescencia. El cerebro adolescente comienza una “poda” (fortalece algunas sinapsis y elimina muchas otras). El desequilibrio temporal que causa esta poda en ciertas áreas del cerebro se ha relacionado con los comportamientos erráticos y arriesgados de los adolescentes, así como con la aparición de trastornos de ansiedad, depresión y abuso de sustancias.
Es importante mantener la comunicación abierta durante estos momentos de vulnerabilidad, cuando los adolescentes comienzan a verse como personas adultas (y piensan que son personas adultas) pero tal vez no tengan las herramientas necesarias para manejar el estrés. Si no lo has hecho todavía, ahora es el momento perfecto para reservar un poco de tiempo cada día para hablar con tu hijo acerca de los desafíos y las nuevas experiencias de la escuela.
3. Padres con ansiedad envían a la escuela a niños con ansiedad
Los trastornos de ansiedad son hereditarios. Además, las personas con ansiedad tienden a casarse con personas con ansiedad, y los hijos de padres con ansiedad tienen un riesgo especialmente mayor de desarrollar ansiedad. Pero la genética solamente es un factor. El ambiente es otro. Los niños son como esponjas, absorben la energía y adoptan los comportamientos a su alrededor.
Una de las cosas más útiles que puedes hacer es modelar un comportamiento tranquilo y confiado, particularmente al estar ayudando a un niño a prepararse para la escuela. Generalmente, los niños comienzan la escuela con el mismo nivel de tranquilidad que observan en el padre que se muestra menos relajado.
4. Los maestros importan, quizá más de lo que piensas
Los maestros llegan a conocer a la familia de un niño a través de los ojos del niño, y conocen cómo se comporta el niño cuando los padres no están presentes. Esto significa que los padres pueden recibir información muy útil acerca de su hijo de parte de sus maestros (información sobre dificultades del aprendizaje y problemas con pares, así como sobre logros académicos y amistades cercanas). Los maestros son tus aliados, por lo que deberías hablar con ellos de manera regular.
Buenas preguntas que le puedes hacer al maestro incluyen: ¿Cómo le va a mi hijo? ¿Tiene alguna preocupación con respecto a las habilidades sociales o académicas de mi hijo? ¿Piensa que pudiera necesitar mi ayuda en algo?
5. El tiempo de la tarea es crucial
Los niños pequeños con dificultades del aprendizaje, y también aquellos que no tienen algún problema identificado, se pueden beneficiar del involucramiento de sus padres a la hora de hacer las tareas. Los padres deberían reservar un poco de tiempo cada tarde para tener una sesión estructurada de tarea.
Una buena rutina podría ser así: hacer espacio en un escritorio para trabajar, ayudar a tu hijo a limpiar su mochila, revisar las tareas del día y discutir la tarea y cualquier duda que pueda tener acerca de ella. De esa manera, puedes observar las fortalezas y áreas de oportunidad en el aprendizaje de tu hijo y al mismo tiempo reforzar buenos hábitos de estudio. Muestra una actitud positiva y apoyadora.
6. No te apresures a sacar conclusiones precipitadas
Los niños crecen y se desarrollan a ritmos distintos. Idealmente, un niño adquirirá varias habilidades dentro de ciertos periodos de tiempo, pero puede que en un área se desarrolle más rápidamente que en otras. Los padres se preocupan cuando, por ejemplo, un niño de cinco años puede leer fluidamente mientras que otro ni siquiera puede pronunciar las palabras que está leyendo. Pero un retraso en una área del desarrollo no necesariamente significa que el niño tiene un trastorno. Si crees que puede haber un problema en el desarrollo de tu hijo, habla con su maestro. Un maestro experto, con más de diez años de experiencia, puede lograr ajustar el progreso de tu hijo al ritmo de otros 300 niños. Los maestros son aliados invaluables.
Preguntas frecuentes
Los padres pueden ayudar a los niños con necesidades especiales, así como a quienes no tienen algún desafío identificado, al brindarles apoyo a la hora de hacer las tareas. Reserva tiempo para una “sesión de tareas” estructurada cada tarde.
Para ayudar a tu hijo a reducir la ansiedad por el regreso a clases, modela un comportamiento tranquilo y confiado, sobre todo cuando lo ayudes a prepararse para la escuela. Los niños absorben la energía del entorno y adoptan los comportamientos que ven a su alerededor.