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El mutismo selectivo (SM, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad que afecta a los niños en la escuela, donde se ven imposibilitados de hablar, aunque hablan sin problemas en casa. En esta guía explicamos cómo es el mutismo selectivo en el aula y brindamos consejos a los maestros sobre cómo dirigirse a los padres si les preocupa que un estudiante pudiera tener el trastorno. También ofrecemos consejos para animar a los niños con SM a participar y verbalizar, estrategias para manejar los exámenes y consejos sobre qué hacer si se entera de que va a recibir en su clase a un estudiante que ha tenido problemas de mutismo selectivo en el pasado.

¿Qué es el mutismo selectivo?

El mutismo selectivo o MS (SM, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad en el que un niño es incapaz de hablar en ciertos ambientes o a ciertas personas. El escenario más común en el que los niños con SM tienen problemas es la escuela. El trastorno puede ser confuso para los adultos y doloroso para los niños, que experimentan tanta ansiedad que en realidad se sienten incapaces de hablar en ciertas situaciones, aunque pueden hablar fácil y cómodamente otras veces, como cuando están en casa con sus padres. Los niños con MS no parecen necesariamente ansiosos, pero puede que miren hacia atrás o parezcan estar paralizados cuando se les hace una pregunta o se les invita a participar.

El trastorno a menudo no se descubre sino hasta que un niño empieza a ir a la escuela y su maestro se da cuenta de que algo va mal. Es posible que los padres no se den cuenta de que su hijo tiene problemas para hablar con otras personas, ya que hablar no es un problema en casa. O pueden pensar que su hijo es tímido, pero no darse cuenta de qué tanto lo afecta realmente la ansiedad.

Es posible que los niños con mutismo selectivo solamente puedan hablar con susurros a sus maestros o compañeros. Es posible que otros ni siquiera pueden hablar con susurros, y se pasen todo el año escolar sin hablar ni una sola vez. Es posible que los niños con MS no puedan responder a las preguntas en clase, incluso cuando saben la respuesta correcta, y pueden tener dificultad para pedir ayuda o iniciar conversaciones. Muchos niños con MS no pueden pedir permiso para ir al baño, y puede que pasen horas o todo el día sin ir al baño (o pueden tener accidentes).

Señales de que un niño podría tener MS

Las señales de que un niño pudiera tener mutismo selectivo incluyen:

  • Ser libremente verbal e incluso sociable en casa, pero completamente o en su mayoría no verbal en la escuela o alrededor de extraños.
  • Parecer “paralizado” por el miedo, o “apagado” cuando no puede hablar.
  • Usar gestos, expresiones faciales y asentir con la cabeza para comunicarse. (Tenga en cuenta que algunos niños con MS tienen dificultad incluso para usar la comunicación no verbal, y no la usan).

El trastorno puede lucir ligeramente diferente de un niño a otro. A veces los niños con MS pueden hablar con sus compañeros pero no con su maestro. Otros se quedan en silencio alrededor de sus compañeros, también. Muchos niños con MS disfrutan de la escuela y tienen amigos (o quieren tenerlos) y pueden interactuar de forma no verbal durante el tiempo de juego. Algunos niños con MS pueden hablar con sus compañeros cuando están en sus propias casas, pero muchos no pueden. Aunque normalmente son capaces de hablar con sus padres, algunos pueden dejar de hacerlo una vez que entran al salón (o incluso a la escuela). Algunos niños con MS serán capaces de sonreír y señalar las cosas que quieren, mientras que a otros les costará mucho trabajo incluso esto, y desarrollarán una expresión facial completamente plana sin ser capaces de usar gestos.

Si bien adaptarse a un nuevo entorno de clase puede llevar tiempo a muchos niños, y no es extraño que estén callados durante las primeras semanas de escuela, un estudiante que no hable durante más de un mes puede ser motivo de preocupación.

Lo que no es mutismo selectivo

El mutismo selectivo a veces puede ser confundido con otras cosas (y viceversa). Aquí están algunos de los problemas más comunes con los que se puede confundir el MS, y cómo diferenciarlos.

Comportamiento de oposición: El mutismo selectivo a veces se confunde con el comportamiento de oposición porque un niño con MS puede parecer que se niega a responder a las preguntas. En realidad, los niños con MS están extremadamente ansiosos y experimentan el mutismo selectivo como una incapacidad para hablar incluso cuando quieren. En otras palabras, un niño con MS es incapaz de hablar, no es que se esté negando a hablar.

Autismo: Debido a que tanto los niños en el espectro como los niños con MS tienen dificultades para socializar, ambos trastornos pueden confundirse entre sí. Sin embargo, incluso cuando los niños con MS están en situaciones en las que no pueden hablar, todavía pueden captar señales no verbales y sutilezas emocionales. Sus habilidades de socialización cuando están en casa con la familia parecen muy típicas. Los niños en el espectro, por otro lado, tendrán dificultad para interpretar los matices sociales y los límites de la conversación incluso cuando están en casa o en otros entornos cómodos.

Trauma: Existe la idea equivocada de que los niños con mutismo selectivo han sido traumatizados. Si bien es posible que un niño se quede mudo después de una experiencia traumática, por lo general el niño evita hablar sobre aspectos del trauma en sí, en lugar de quedarse completamente en silencio. El trastorno de estrés postraumático (TEPT) también tiene otros síntomas como dificultad para dormir, pesadillas y la recreación del evento traumático durante el juego, lo que hace que luzca muy diferente del MS.

Segundo idioma: Cuando un niño habla un idioma diferente en casa, se debe tener cuidado antes de diagnosticar mutismo selectivo. Los niños no deben ser diagnosticados con MS si su falta de habla puede explicarse por la dificultad de entender o usar un segundo idioma. Además, los niños bilingües comúnmente experimentan un “periodo de silencio” mientras adquieren su nuevo idioma, por lo que es importante no confundir esta etapa de aprendizaje con el MS.

Sin embargo, los niños bilingües también pueden tener mutismo selectivo, y de hecho el trastorno es más común entre los niños que son multilingües, aunque ser bilingüe no es causa de MS.

Es muy importante que los niños bilingües de los que se sospecha que tienen MS se sometan a una evaluación exhaustiva que tenga en cuenta el desarrollo de su lenguaje y el historial de sus síntomas.

Trastorno de ansiedad social: También llamado fobia social, los niños con trastorno de ansiedad social tienen miedo de ser juzgados negativamente por los demás. Hablar puede provocarles ansiedad, al igual que escribir delante de los demás, comer delante de los demás y actuar. El trastorno de ansiedad social se produce frecuentemente junto con el MS. Una evaluación completa debería ser capaz de determinar si un niño tiene el trastorno de ansiedad social.

Compartir sus preocupaciones con los padres

Si cree que uno de sus estudiantes podría tener mutismo selectivo, debe compartir sus observaciones con sus padres. Lo que tiene que decir puede resultar sorprendente, ya que los padres están acostumbrados a que sus hijos hablen en casa y puede que no hayan visto el comportamiento que usted ve en la escuela. Así que haga sus observaciones lo suficientemente específicas para que los padres tengan una idea clara del problema de su hijo, y de lo que se está perdiendo.

Por ejemplo: “Me alegra mucho que hable en casa, pero quiero asegurarme de que ustedes sepan lo que nosotros estamos viendo en la escuela. Su hijo viene a la hora del círculo, pero no puede participar. Cuando le toca a él decirnos cómo está el clima, se queda inmóvil. Parece que quiere responder pero no puede”.

Los padres pueden necesitar tiempo para procesar lo que usted les está compartiendo o puede que quieren dar al niño más tiempo para ver si se vuelve más comunicativo. Estas son reacciones totalmente normales y razonables. Sin embargo, si el niño sigue sin progresar y sus padres no están abiertos a lo que usted tiene que decir, puede involucrar al psicólogo de la escuela o a otro miembro del personal de la escuela o de la administración que pueda reunirse con los padres y discutir nuevamente lo que está sucediendo en el aula.

Cómo se trata el mutismo selectivo

Después de una cuidadosa evaluación diagnóstica, los niños a los que se les ha diagnosticado mutismo selectivo deben comenzar a trabajar con un proveedor de salud mental, idealmente un psicólogo que tenga experiencia en el tratamiento del mutismo selectivo. El tratamiento consiste en una terapia conductual especializada con técnicas que estimulan el habla y luego refuerzan las experiencias exitosas de habla con muchos elogios etiquetados y pequeños incentivos.

Parte del tratamiento consiste en ayudar a los niños con SM a enfrentar las situaciones que les causan ansiedad en lugar de evitarlas. Esto ayudará a que su ansiedad se desvanezca con el tiempo. Sin embargo, no se debe intentar persuadir o presionar a los niños con mutismo selectivo para que hablen. El ritmo del tratamiento debe ser muy gradual y no se debe pedir a los niños que hagan algo que sea demasiado difícil para ellos. El objetivo del tratamiento es ayudar a construir la confianza del niño mediante la acumulación de experiencias de habla más exitosas. Presionar a un niño a hacer algo más de lo que puede manejar puede tener un efecto negativo si no es capaz de cumplir con las expectativas.

Dado que los niños con SM suelen ser jóvenes, el tratamiento también debe incluir el trabajo directo con los padres, cuidadores y otros adultos que apoyan al niño para que aprendan a ayudarlo a hablar y participar. El terapeuta del niño también debería enseñar a los cuidadores a evitar “rescatar” al niño respondiendo por él o aceptando una dependencia excesiva de la comunicación no verbal. Es común que los adultos muy bien intencionados hagan esto automáticamente, pero en realidad puede reforzar el mutismo selectivo del niño.

Saber cuándo y cómo pedirle a un niño con mutismo selectivo que participe en la clase puede ser difícil. Por eso es extremadamente importante que los maestros sepan qué está trabajando un estudiante en la terapia y que obtengan pautas sobre la mejor manera de apoyar y reforzar el progreso que está haciendo. Los expertos en el tratamiento del mutismo selectivo han descubierto que los niños tienen más éxito cuando sus maestros, padres y terapeutas se asocian para formar un equipo, compartiendo objetivos, consejos y observaciones. Esta asociación es esencial porque, aunque el niño esté progresando en el consultorio del profesional clínico, si sus logros no se traducen en un progreso en el aula, su tratamiento no está dando los resultados esperados.

Consejos para ayudar a los niños a hablar

  • Conviértase en un comentarista deportivo: Haga una recapitulación juego por juego de lo que el niño está haciendo: “Estás dibujando una flor” o “Veo que estás señalando el dibujo del libro”. Esto ayuda a transmitir el interés en lo que el niño está haciendo y es una buena técnica cuando el niño no está siendo verbal.
  • Espere 5 segundos: Cuando hacemos una pregunta, a menudo no damos a los niños suficiente tiempo para responder. Esperar cinco segundos sin repetir la pregunta o dejar que alguien responda por el niño es una buena regla. También ayuda a los niños a aprender a tolerar su ansiedad.
  • Utilice los elogios etiquetados: En vez de decir “¡bien hecho!” sea específico: “¡Buen trabajo diciéndome que quieres jugo!”. De esta manera los niños saben exactamente por qué están siendo elogiados, y se sienten motivados a seguir haciéndolo.
  • Reformule su pregunta: En lugar de hacer preguntas que puedan ser respondidas con un sí o un no (o, incluso, asintiendo con la cabeza o moviéndola) haga una pregunta que propicie una respuesta verbal. Intente darle opciones (“¿quieres una calcomanía de un perrito o una calcomanía de una estrella?”). O haga preguntas más abiertas, como: “¿A qué deberíamos jugar después?”.
  • Practique el eco: Repita o parafrasee lo que el niño está diciendo. Esto lo refuerza y le hace saber que ha sido escuchado y comprendido. Para los niños que hablan en voz muy baja, repetir lo que dicen también los ayuda a participar en grupos más grandes.

Estrategias para el salón de clases

Estas son algunas de las estrategias que los maestros reportan haber encontrado útiles:

Comunicación no verbal: Si el niño es capaz de usar gestos y señales con las manos (como señalar, asentir con la cabeza, usar los pulgares hacia arriba o hacia abajo), la comunicación no verbal es una gran manera de ayudar a los niños a participar en la clase. El objetivo es que, con el tiempo, deje de depender solo de la comunicación no verbal, pero mientras tanto sigue siendo una forma eficaz de satisfacer sus necesidades y de demostrarle que su participación se valora.

Júntelo con un amigo: Si un niño tiene un amigo en particular con el que sí habla, o con el que se lleva muy bien, hacer que se sienten uno al lado del otro puede disminuir su inhibición y aumentar la posibilidad de que hable.

Trabajo en pequeños grupos: Algunos niños sienten menos ansiedad cuando realizan actividades dentro de un grupo pequeño, y es más probable que hablen.

Aprovechar los puntos fuertes y las áreas de interés: Los niños se sienten más entusiasmados y seguros (y menos inhibidos) cuando llegan a explorar las cosas que les interesan o cuando usan sus talentos para sentirse bien consigo mismos.

Tiempo para acoplarse: Los niños con mutismo selectivo se benefician enormemente de poder estar en el salón con sus padres y “acoplarse” antes de que nadie más esté allí. Esto permite al niño practicar el lenguaje en ese ambiente, sin la presión de tener al maestro o a los compañeros allí. Idealmente, después de un tiempo con los padres a solas, un maestro podría “aparecer” en el aula, sin dejar de darle espacio al estudiante y a sus padres.

Apoyo externo: Según la gravedad del problema del niño, puede ser muy útil que su terapeuta u otra persona capacitada en estrategias de tratamiento del mutismo selectivo pase algún tiempo dentro del aula para prestar apoyo individualizado.

Los niños con MS pueden calificar para adaptaciones bajo la Sección 504 o ser elegibles para servicios espèciales en la escuela bajo un IEP.

Replantear los exámenes

Puede ser difícil entender dónde está la comprensión de un niño si no es capaz de participar en la clase. Leer en voz alta, responder preguntas y contribuir a la discusión podría resultar imposible para ellos.

Una buena manera de evaluar los niveles de desempeño es hacer que los padres hagan una grabación de su hijo leyendo en voz alta o completando una lección en casa que no se pudo hacer en clase. Para cosas como las actividades de ortografía en grupo que deben hacerse en clase, tal vez el niño podría escribir su palabra o deletrearla con letras magnéticas. Todas estas adaptaciones deben ser temporales y parte de un plan específico con el objetivo eventual de verbalizar directamente. El terapeuta que trabaje con su estudiante también puede recomendar otras formas creativas en las que los niños puedan mostrar su capacidad y comprensión del material de la clase.

¿Ayudaría cambiar de salón?

Los padres a veces se preguntan si cambiar de clase o de escuela ayudará a su hijo a empezar a hablar. Es cierto que a veces puede ser difícil conseguir que un niño con mutismo selectivo hable delante de personas con las que tiene un historial de no hablar. Cuanto más se acostumbre a no hablar delante de su maestro, por ejemplo, más arraigado estará. Sin embargo, sacar a un niño de una clase y ponerlo en otra también puede ser a veces perturbador y no ser útil, particularmente si el niño no está recibiendo tratamiento actualmente o su nuevo maestro no ha sido preparado para trabajar con un niño que tiene MS.

Si su estudiante se siente cómodo con usted y usted está siguiendo las recomendaciones de su terapeuta, entonces ciertamente vale la pena tratar de esperar a que haya avances en su salón de clases actual. Si los padres del niño prefieren cambiar de salón, será importante que pongan en práctica estrategias y técnicas para ayudarlo antes de que entre en la nueva clase. De lo contrario, pueden correr el riesgo de presentarle otra clase en la que se sienta incapaz de hablar, lo que podría reforzar su ansiedad. La siguiente sección de esta guía da consejos para trabajar con un nuevo estudiante que tenga MS.

Cómo ayudar a un nuevo estudiante ya diagnosticado con MS

Si se entera de que un nuevo estudiante en su clase ha tenido mutismo selectivo en el pasado, es importante que lo ayude a sentirse cómodo con usted. Estas son algunas ideas que podrían ayudar:

Programe una visita

Muchos expertos recomiendan que el estudiante con MS conozca a su nuevo maestro antes de que empiece la escuela para que pueda tener una interacción personal, antes de que otros niños estén cerca.

Podría hacer que los padres del niño lo trajeran al aula en los días previos al comienzo de la escuela para que se presente y dé un recorrido por el aula. No necesita hablar con usted durante esta primera reunión si no está listo, pero podría tener una conversación con sus padres para que empiece a construir experiencias exitosas de hablar dentro del aula.

Si hay juguetes en la clase, usted podría darle la oportunidad de jugar unos minutos. Cuando se sienta cómodo, podría ser momento de que usted se convierta en un “comentarista deportivo” y haga un resumen juego por juego de lo que el niño está haciendo: “Veo que estás moviendo la vaca al granero” o “¡qué bien!, estás haciendo que ese coche vaya rápido”. Esta es una gran manera de conectar con él, incluso si no está listo para hablar.

Haga un video

Otra buena manera de romper el hielo es hacer que el niño grabe un video corto para usted en casa. De esta manera él puede presentarse en un ambiente donde se sienta cómodo y usted puede ver cuán conversador y seguro puede ser. Si es capaz de hacerlo, sería bueno que él mismo le enseñara el video durante la visita familiar antes de que empiece la escuela. Esta es una forma de que empiece a comunicarse con usted y a pensar en sí mismo como una persona que habla en la escuela.

Diseñe planes B

Intente diseñar un plan B para situaciones en las que se le pide al niño que haga algo que aún no puede hacer. Por ejemplo, en lugar de preguntarle a su estudiante qué trabajo quiere en el aula ese día, su plan B podría ser decirle: “Juan, ven y señala el trabajo que quieres hoy”.

De la misma manera, si se entera de que un estudiante no está listo para pedir ir al baño, elabore un plan por anticipado. Si puede hacer señales con las manos, organice una señal que pueda usar cuando necesite ir al baño. Si no es capaz de usar las señales, tal vez por ahora pueda ser aceptable que vaya al baño cuando lo necesite sin pedir permiso. Asegúrese de que él sepa dónde está el baño. Para otros niños, simplemente llevarlos al baño y decir “tiempo de ir al baño” podría ser suficiente.

Hable con el equipo de tratamiento

Si el niño está recibiendo tratamiento para su mutismo selectivo, lo ideal sería que usted pudiera hablar con su terapeuta o con sus padres para saber más sobre lo que está haciendo en el tratamiento y cómo puede apoyar eso en el aula. Por ejemplo, podrían usar una tabla de estrellas para recompensarlo cuando siga con un comportamiento particular en el que ha estado trabajando, y usted puede ayudar a reforzarlo. De la misma manera, podría estar respondiendo bien a ciertas técnicas que usted podría tratar de usar. Es importante que el equipo de tratamiento se asegure de que usted está en la misma sintonía, porque cualquier avance que se haga en el consultorio del médico debe poder transferirse al aula para que sea considerado un verdadero éxito.

La última revisión de este guía se realizó el 19 de septiembre de 2024.