Cómo ayudar a los niños a sentirse cómodos en actividades al aire libre que pueden ser demasiado estimulantes.
in EnglishPara los niños con problemas de procesamiento sensorial, el verano puede ser una época difícil. Pueden aborrecer cosas que otros niños disfrutan, como la arena de la playa o los fuegos artificiales del 4 de julio. Pero un poco de planificación puede ayudar a los niños con problemas sensoriales a aprovechar al máximo el verano.
En primer lugar, presta atención a lo que te dice el comportamiento de tu hijo. ¿Le encantó el parque acuático el verano pasado? ¿Suelen los alimentos pegajosos, como el helado, ocasionar una crisis? Recordar lo que les gusta a los niños (y lo que no) te ayudará a escoger qué actividades realizar.
Una vez que hayas decidido, establece un programa, y cúmplelo. La pérdida de la rutina escolar puede ser difícil para los niños con problemas sensoriales, que suelen perturbarse con los cambios. Busca actividades estructuradas, como las clases aptas para niños con problemas sensoriales o los campamentos de día. De este modo, los niños pueden disfrutar de la diversión veraniega pero sin dejar de tener un horario.
El verano es un buen momento para probar cosas nuevas. Pero algunas experiencias pueden ser abrumadoras para los niños con problemas sensoriales. Cuanto más preparados estén los niños, menos probable será que se sientan abrumados. Trabaja con tu hijo para hacer un calendario de los eventos próximos. Utiliza calcomanías o pegatinas y dibujos divertidos para representar las actividades. Una calcomanía de un delfín podría representar un día de playa. Un dibujo de patines podría significar una visita al parque.
Ayuda a los niños a sentirse cómodos al conversar con antelación sobre las actividades nuevas. Concéntrate en preparar a los niños para las dificultades sensoriales que puedan surgir. Por ejemplo, si van a ir a una fiesta les puedes decir: “Puede que haya mucho ruido y que esté un poco lleno de personas. Hagamos un plan para saber qué hacer si te sientes abrumado”.
Dar a los niños un anticipo de las experiencias sensoriales también puede ayudar. Por ejemplo, si van a ir a la playa, intenta llenar una cubeta con arena y conchas en casa. De este modo, los niños pueden acostumbrarse a la sensación mucho antes de llegar a la orilla.
Cuando los niños salgan, tener un kit sensorial puede ayudarlos a estar cómodos y tranquilos. Algunas cosas que puedes incluir son lentes de sol y auriculares para ayudar a calmar los factores que desencadenan problemas sensoriales, un sombrero, ropa y zapatos cómodos y algún juguete para que se entretengan.
Para muchos niños, las vacaciones de verano son una promesa de meses de diversión libres de la escuela. Pero para los niños que tienen problemas de procesamiento sensorial, el verano puede ser una época del año llena de desafíos.
Desde la arena en la playa hasta los fuegos artificiales del 4 de julio, la temporada vacacional está llena de experiencias emocionantes pero potencialmente difíciles. Una nueva área de juegos en el parque, la visita a un parque de diversiones, un helado que se derrite y hace un desastre: todo implica sorpresas sensoriales que pueden ser abrumadoras o molestas si un niño es inusualmente sensible a la luz, el ruido y las sensaciones táctiles. Pero con un poco de preparación y planificación, los padres pueden ayudar a los niños con problemas sensoriales a aprovechar el verano al máximo.
El primer paso para ayudar a un niño con problemas de procesamiento sensorial a disfrutar el verano es tener una comprensión profunda de sus necesidades específicas. Los problemas de procesamiento sensorial vienen en muchas formas y tamaños: no hay dos niños exactamente iguales. Una actividad como ir a la playa puede ser un gran placer para un niño y algo horrible para otro, dependiendo de sus sensibilidades individuales.
“Para los niños con hipersensibilidad táctil, algo como ir a la playa puede ser una pesadilla”, dice Lindsey Biel, terapeuta ocupacional y autora de Sensory Processing Challenges: Effective Clinical Work with Kids & Teens (en inglés). “No pueden soportar cómo se siente el sol en su piel o la arena en sus pies”.
La mejor manera de evitar una crisis en la playa es atender lo que te dice el comportamiento de tu hijo. ¿Se negó a meterse al agua en el parque acuático el verano pasado? ¿Tiene problemas con la comida pegajosa como el algodón de azúcar? ¿Se escapa cuando intentas ponerle protector solar? Mirar hacia atrás y ver qué tipo de actividades ha disfrutado tu hijo y cuáles le han provocado crisis es una excelente manera de hacerse una idea de lo que disfrutará en el futuro, así como de herramientas que puedes usar para ayudar a que las actividades potencialmente difíciles sean menos estresantes.
Cuando termina el año escolar, despedirse de la tarea suele ser motivo de celebración, pero para los niños con problemas sensoriales, la falta de un horario ordenado puede significar un desastre.
“Una de las cosas difíciles que ocurren durante el verano es la pérdida de estructura”, dice Biel. “A los niños con problemas sensoriales les va bien cuando hay un horario predecible y pueden saber más o menos lo que va a pasar cada día. Cuando eso no está, el día se vuelve más estresante, no menos”.
Los eventos inesperados son irritantes y perturbadores para los niños con problemas sensoriales que son más sensibles a los cambios en el entorno o en las actividades. La rutina los ayuda a sentirse cómodos y estar mejor preparados para manejar lo que se les presenta.
El verano es un buen momento para probar cosas nuevas, pero algunas experiencias pueden ser abrumadoras para los niños con problemas sensoriales. Cuando se trata de salir, una planificación cuidadosa puede marcar la diferencia entre un día de verano feliz y un colapso total. Cuanto más preparados estén, menos probabilidades tendrán de sentirse abrumados, lo que significa que todos lo pasarán mejor.
Las herramientas y la ropa adecuadas pueden reducir la sobrecarga sensorial y ayudar a los niños a pasar un buen rato.
Finalmente, recuerda que el objetivo es ayudar a los niños a tener un gran verano. Concéntrate en la diversión, en el aprendizaje de habilidades nuevas y en hacer lo mejor para tus hijos y para ti.
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