Estrategias de apoyo.
Clinical Experts: Matthew M. Cruger, PhD , Dra. Linda Hecker Heckler
in EnglishLa memoria funcional implica tener en mente la información necesaria para completar una tarea. Los problemas con la memoria funcional pueden afectar a los niños dentro y fuera de la escuela. Pero los padres pueden ayudar, al enseñar a los niños estrategias que mejoren la memoria funcional.
Cuando los niños tienen problemas para seguir instrucciones, a menudo es una señal de que tienen problemas con la memoria funcional. Dividir las tareas en pasos más pequeños puede ayudar. Las instrucciones con muchos pasos son difíciles de seguir para los niños que tienen problemas con la memoria funcional. En su lugar, intenta enfocarte en una sola tarea a la vez: “Nos estamos preparando para cenar pronto. Es hora de guardar tus juguetes. Cuando termines, avísame y te diré qué hacer a continuación”.
Cuando los niños intentan abordar demasiadas cosas a la vez, el resultado suele ser un trabajo descuidado que crea ansiedad. Algo como escribir un ensayo requiere una gran cantidad de memoria funcional. Recordar información importante. Producir y organizar ideas. Utilizar la ortografía y gramática correctas. Intentar hacerlo todo a la vez puede resultar abrumador.
En su lugar, ayuda a tu hijo a dividir la tarea en partes manejables. Por ejemplo, producir las ideas. Luego, escribir un esquema. Luego, escribir un borrador… y así sucesivamente. Hacer una cosa a la vez hará que las tareas sean menos estresantes y más productivas.
Las rutinas son muy útiles para los niños que tienen problemas con la memoria funcional. Cuando los niños adquieren el hábito de hacer una tarea, ya no es necesaria tanta memoria funcional. Encuentra un patrón que funcione y apégate a él. No esperes que los niños adquieran la rutina de inmediato. Hacer recordatorios y elogiar los esfuerzos de tu hijo lo ayudará a seguir la rutina hasta que la haya asimilado.
Las herramientas como las listas de tareas y los recordatorios también facilitan a los niños recordar la información importante. Ayuda a tu hijo a encontrar herramientas que funcionen (un recordatorio en su teléfono o un planificador de tareas que realmente vaya a utilizar), e incorpóralas a la rutina.
Algunos niños que tienen problemas con la memoria funcional se pueden beneficiar de la medicación. Si tu hijo tiene TDAH o problemas del funcionamiento ejecutivo, podría ser útil contactar a un profesional clínico. Con o sin medicación, la mejor manera de ayudar es apoyar a los niños a crear estrategias que les funcionen.
Los problemas con la memoria funcional (la capacidad de retener en la mente la información necesaria para completar una determinada tarea) afectan a los niños dentro y fuera de la escuela. Pero hay cosas que tanto padres como cuidadores pueden hacer y estrategias que los niños pueden aprender para salir adelante en la escuela, aun cuando esto no ocurra de manera espontánea.
Si le diste a tu hijo lo que parece ser una serie de instrucciones razonables, pero él continúa desviándose del objetivo, es una señal de que ha llegado al límite de su memoria funcional. Notar cuándo, y con qué frecuencia, tu hijo comienza a desconectarse de lo que estaba haciendo, te ayudará a tener una idea más clara de la capacidad de tu hijo para retener información. Una vez que sepas cuáles son estos límites, podrás usar esta información como guía para darle instrucciones más efectivas.
Por ejemplo, si notas que a tu hijo le cuesta seguir las instrucciones de varios pasos, intenta dividir las tareas en pasos más pequeños y más manejables.
Las tareas escolares que parecen simples en la superficie, en realidad pueden requerir mucha memoria funcional. Cuando los niños tratan de hacer muchas cosas a la vez, por lo general el resultado es un trabajo descuidado (o incompleto) que causa ansiedad. Analizar a detalle las tareas los ayudará a ti y a tu hijo a dividirlas en partes más manejables.
Por ejemplo, cuando los niños escriben un ensayo, utilizan su memoria funcional para recordar información importante, producir y organizar ideas, utilizar la ortografía y gramática correctas, e incluso para asegurarse de que su escritura sea legible. Tratar de pensar en todo esto al mismo tiempo puede saturar el bloc de notas mental de tu hijo. En su lugar, anímalo a abordar una tarea a la vez:
Dividir las tareas o sesiones de estudio en partes más manejables ayudará a tu hijo a evitar la sobrecarga cognitiva y le permitirá trabajar con más efectividad y desarrollar buenos hábitos de estudio.
Ayudar a los niños a adoptar rutinas es esencial para el desarrollo de la memoria funcional. “Las rutinas son la meta”, dice Linda Hecker, MEd, quien es especialista líder en educación en el Landmark College Institute for Research and Training. “Cuando podemos automatizar una tarea, ya no se requiere memoria funcional para realizarla. Tener que recordar qué es lo que sigue a continuación ocupa un espacio cognitivo, y eso no es necesario”. Estos son algunos consejos para crear rutinas:
No todo necesita ser recordado. Herramientas como listas de tareas, organizadores y recordatorios liberan un “espacio de trabajo” esencial y facilitan a los niños recordar información importante. “Usar otras herramientas para delegar las tareas organizativas le quita presión a la memoria funcional”, explica Hecker. “Yo les digo a mis estudiantes que escriban todo: tareas, ideas, cualquier cosa que quieran recordar más tarde”.
Pero recuerda, las herramientas de organización solo funcionan si se usan. Ayuda a tu hijo a encontrar las herramientas que funcionen para él, y haz que las herramientas formen parte de su rutina.
“Los niños suelen creer que podrán recordar la información más adelante, así que no la escriben”, dice Matthew Cruger, PhD, neuropsicólogo del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute. “Después, cuando no logran acordarse de todas las cosas que necesitan para terminar su tarea, se sienten frustrados y avergonzados”.
Pero al día siguiente vuelve a ocurrir lo mismo otra vez. Están seguros de que pueden recordar lo que necesitan hacer, hasta que no pueden.
Ayuda a tu hijo a adquirir el hábito de escribir la información importante: tareas, fechas de los viajes escolares, una idea brillante para construir el mejor robot de la historia (de manera inmediata, incluso si crees que podrás recordarlo después).
“Los medicamentos que mejoran la atención pueden ayudar con la memoria funcional”, explica el Dr. Cruger. Los medicamentos para el TDAH no tratan los problemas con la memoria funcional, pero reducen la distracción y elevan el nivel de atención, lo cual facilita a los niños acceder a su memoria funcional. Pero el Dr. Cruger apunta: “Sigue siendo fundamental proporcionar una indicación clara e instrucciones manejables”.
Los investigadores están analizando si algunos métodos, como el entrenamiento cerebral, pueden mejorar las capacidades de memoria funcional. A medida que la investigación se amplíe, podremos aprender más sobre la efectividad de estas estrategias, pero por el momento no están claros los beneficios a largo plazo. Los juegos de computadora, las aplicaciones y los juegos de memoria se pueden utilizar junto con otras estrategias, pero también es importante apegarse a los apoyos establecidos.
Por el momento, la mejor manera de ayudar a los niños que tienen problemas con la memoria funcional es enfocarse en crear y practicar estrategias de afrontamiento saludables y efectivas. Crear rutinas, utilizar herramientas y ofrecer apoyo como padres ayuda a los niños a desarrollar estrategias a las que podrán recurrir por el resto de sus vidas.
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