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El verano y los problemas de procesamiento sensorial

Cómo ayudar a los niños a sentirse cómodos en actividades al aire libre que pueden ser demasiado estimulantes.

Escrito por: Rae Jacobson

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Para muchos niños, las vacaciones de verano son una promesa de meses de diversión libres de la escuela. Pero para los niños que tienen problemas de procesamiento sensorial, el verano puede ser una época del año llena de desafíos.

Desde la arena en la playa hasta los fuegos artificiales del 4 de julio, la temporada vacacional está llena de experiencias emocionantes pero potencialmente difíciles. Una nueva área de juegos en el parque, la visita a un parque de diversiones, un helado que se derrite y hace un desastre: todo implica sorpresas sensoriales que pueden ser abrumadoras o molestas si un niño es inusualmente sensible a la luz, el ruido y las sensaciones táctiles. Pero con un poco de preparación y planificación, los padres pueden ayudar a los niños con problemas sensoriales a aprovechar el verano al máximo.

Estudia las necesidades específicas de tu hijo

El primer paso para ayudar a un niño con problemas de procesamiento sensorial a disfrutar el verano es tener una comprensión profunda de sus necesidades específicas. Los problemas de procesamiento sensorial vienen en muchas formas y tamaños: no hay dos niños exactamente iguales. Una actividad como ir a la playa puede ser un gran placer para un niño y algo horrible para otro, dependiendo de sus sensibilidades individuales.

“Para los niños con hipersensibilidad táctil, algo como ir a la playa puede ser una pesadilla”, dice Lindsey Biel, terapeuta ocupacional y autora de Sensory Processing Challenges: Effective Clinical Work with Kids & Teens (en inglés). “No pueden soportar cómo se siente el sol en su piel o la arena en sus pies”.

La mejor manera de evitar una crisis en la playa es atender lo que te dice el comportamiento de tu hijo. ¿Se negó a meterse al agua en el parque acuático el verano pasado? ¿Tiene problemas con la comida pegajosa como el algodón de azúcar? ¿Se escapa cuando intentas ponerle protector solar? Mirar hacia atrás y ver qué tipo de actividades ha disfrutado tu hijo y cuáles le han provocado crisis es una excelente manera de hacerse una idea de lo que disfrutará en el futuro, así como de herramientas que puedes usar para ayudar a que las actividades potencialmente difíciles sean menos estresantes.

Haz un horario y síguelo

Cuando termina el año escolar, despedirse de la tarea suele ser motivo de celebración, pero para los niños con problemas sensoriales, la falta de un horario ordenado puede significar un desastre.

“Una de las cosas difíciles que ocurren durante el verano es la pérdida de estructura”, dice Biel. “A los niños con problemas sensoriales les va bien cuando hay un horario predecible y pueden saber más o menos lo que va a pasar cada día. Cuando eso no está, el día se vuelve más estresante, no menos”.

Los eventos inesperados son irritantes y perturbadores para los niños con problemas sensoriales que son más sensibles a los cambios en el entorno o en las actividades. La rutina los ayuda a sentirse cómodos y estar mejor preparados para manejar lo que se les presenta.

  • Considera inscribir a los niños en actividades que los ayuden a mantener un horario. Las clases de natación, arte u otras clases sensorialmente amigables, o los campamentos diurnos pueden imitar la estructura de la escuela de una manera divertida.
  • Trabaja con tu hijo para hacer un calendario de los próximos eventos. Usa calcomanías o pegatinas y dibujos divertidos para representar actividades. Una calcomanía de delfines puede representar un día en la playa o una foto de patines puede significar una visita al parque.
  • Una vez que hayas establecido un horario, esfuérzate por cumplirlo. El desorden es muy confuso para los niños con problemas sensoriales, por lo que la constancia es clave.

Evita las sorpresas con planificación

El verano es un buen momento para probar cosas nuevas, pero algunas experiencias pueden ser abrumadoras para los niños con problemas sensoriales. Cuando se trata de salir, una planificación cuidadosa puede marcar la diferencia entre un día de verano feliz y un colapso total. Cuanto más preparados estén, menos probabilidades tendrán de sentirse abrumados, lo que significa que todos lo pasarán mejor.

  • Concéntrate en las transiciones. “Los niños con problemas del procesamiento sensorial a menudo tienen dificultad con las transiciones”, dice Matthew Rouse, PhD, psicólogo infantil del Child Mind Institute. “Por eso, es muy importante darles muchas advertencias al pasar de una actividad a otra”.
  • Háblalo. “Prepara a los niños para actividades potencialmente abrumadoras al decirles con anticipación cómo será la experiencia”, dice el Dr. Rouse. “Saber lo que va a suceder elimina gran parte de la ansiedad de probar cosas nuevas”.
  • Desglósalo. “Toma cualquier situación que sea potencialmente problemática y haz un análisis sensorial”, dice Biel. Si llevar a tu hijo al parque lo abruma, piensa en los desencadenantes sensoriales que podrían estar detrás de su reacción. Desglosar la experiencia en todos sus componentes sensoriales (el ligero toque de la hierba alta, los insectos, el ruido) puede ayudarlos a ti y a tu hijo a descubrir cómo manejar las partes más difíciles de la experiencia antes de que lleguen.
  • Haz una prueba. “Una vez que conozcas los desencadenantes sensoriales de tu hijo, puedes comenzar a trabajar para ayudarlo a controlar su intensidad sensorial”, explica el Dr. Rouse. Muchas de las actividades populares de verano, especialmente las que tienen lugar al aire libre, están llenas de intensa estimulación multisensorial. Los niños podrían necesitar detenerse un momento y explorar las experiencias sensoriales en un entorno menos estimulante. Una excelente manera de hacer esto es “probar” diferentes componentes de la experiencia sensorial en un entorno sin estrés. “Hacer un contenedor sensorial para que los niños jueguen en casa les permite acostumbrarse a las diferentes experiencias sensoriales poco a poco para que no se sobrecarguen”, dice Biel. “Convertir las actividades en juegos también ayuda a los niños a asociar texturas difíciles con diversión”. Los contenedores sensoriales son fáciles de hacer. Por ejemplo, si irán a la playa, intenta llenar una bandeja con arena y conchas en casa. De esta forma, tu hijo tendrá la oportunidad de acostumbrarse a la experiencia táctil mucho antes de que llegue a la costa. Otra forma de prepararse para las actividades con anticipación es ‘practicarlas’ en casa. Por ejemplo, si estás pensando en hacer senderismo, intenta hacer una prueba corta en el parque o en el patio. De esta manera, los niños pueden anticipar las sensaciones en un espacio seguro y cómodo: cómo la hierba roza sus piernas o cómo se siente su mochila cuando la cargan durante mucho tiempo.
  • Haz un kit sensorial. “Los niños deben tener su propia caja de herramientas de cosas que los ayuden a sentirse bien”, dice Biel. Prepara una mochila con objetos que proporcionen alivio sensorial que los niños puedan llevar incluso cuando los padres no estén presentes. “Trata de incluir orejeras, juguetes manipulables, chicle o una almohadilla con peso para el regazo”, sugiere Biel. “Cualquier cosa que puedan usar para mantenerse regulados durante actividades nuevas o difíciles”.

Herramientas de verano

Las herramientas y la ropa adecuadas pueden reducir la sobrecarga sensorial y ayudar a los niños a pasar un buen rato.

  • Lentes de sol: “Asegúrate de que el niño tenga lentes de sol de muy alta calidad”, dice Biel, “Muchos niños con problemas sensoriales son muy sensibles a la luz brillante”. Puede ser útil que tengan una correa para ayudarlos a que las mantengan puestas.
  • Sombreros para protegerse contra el sol: Para los niños que son muy sensibles al sol, prueba con un sombrero suave y cómodo de ala ancha.
  • Buen repelente de insectos: Cuando se trata de mosquitos y garrapatas, la comodidad y la seguridad son importantes. Muchos aerosoles contra insectos son muy efectivos, pero los niños pueden resistirse a ellos porque se sienten pegajosos o huelen fuerte. Los pantalones largos livianos y las mangas largas pueden ser igualmente efectivos. También puedes intentar rociar su ropa y cabello en lugar de aplicar el aerosol directamente sobre la piel desnuda.
  • Protector solar: Si pasarán tiempo al aire libre, el protector solar puede ser esencial. Hay muchos tipos diferentes, así que investiga cuál funciona mejor para su hijo. Algunos son menos grasosos o vienen sin perfume o en versiones en spray. Cuando apliques protector solar aplícalo con un masaje, incluso golpecitos. “La presión profunda calma y ordena a los niños”, dice Biel. “En lugar de usar un toque ligero para aplicar bloqueador solar, utilízalo como una oportunidad para un masaje. Puede ser una buena forma de ayudar a desensibilizar a un niño antes de salir”.
  • El traje de baño adecuado: “Hay diferentes trajes de baño que tienen diferentes cualidades sensoriales”, dice Biel. “Muchos niños no pueden soportar los cinturones elásticos o el ligero toque de los volantes o adornos”. Encontrar un traje sensorial hará que ir a la piscina y otras actividades de natación sean mucho más divertidas para los niños.
  • Protección auditiva: Lleva audífonos con cancelación de ruido. Reducir el ruido quita intensidad a las experiencias multisensoriales. Esto es especialmente útil para los niños que son muy sensibles al sonido, pero puede ser una excelente manera de que cualquier niño tome distancia y se calme.
  • Refugio portátil: Las playas y los parques pueden ser divertidos, pero es importante que los niños tengan un retiro. Una sombrilla o cabaña de playa brinda protección contra el sol, así como un espacio seguro para tomar un descanso durante las actividades al aire libre.
  • Zapatos de protección: Si caminar sobre el césped o la arena es muy incómodo, no presiones a los niños para que vayan descalzos. Lleva contigo un par de calcetines acuáticos u otros zapatos cómodos que funcionen bien en condiciones al aire libre.
  • Busca eventos sensoriales: Muchos museos, cines y espectáculos, incluidos circos y grandes musicales, ofrecen eventos de verano dirigidos a niños con problemas del procesamiento sensorial. Para tener una idea de lo que está disponible, haz una búsqueda en Internet de actividades sensoriales en tu área.

Finalmente, recuerda que el objetivo es ayudar a los niños a tener un gran verano. Concéntrate en la diversión, en el aprendizaje de habilidades nuevas y en hacer lo mejor para tus hijos y para ti.

La última revisión de este artículo se realizó el 26 de junio de 2024.