Mindfulness para niños es una práctica que ayuda a que los niños puedan desacelerar y observar sus pensamientos y sentimientos, de modo que puedan empezar a elegir sus comportamientos en lugar de reaccionar de forma impulsiva. Les enseña a prestar atención a su respiración y encontrar la quietud entre el espacio entre la inhalación y la exhalación.
El poder de la atencióna plena o mindfulness
Cómo la práctica de la meditación ayuda a niños y adolescentes a disminuir su ansiedad y mejorar su concentración.
Expertos clínicos: Dra. Amy Saltzman , Randye J. Semple, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es mindfulness?
- ¿Cuáles son los beneficios del mindfulness para los niños?
- ¿Cómo pueden los padres ayudar a los niños a entender qué es mindfulness?
Lectura rápida
La atención plena o mindfulness es una práctica de meditación que nos ayuda a calmarnos.
Comienza cuando concentramos en la respiración. Nos ayuda a permanecer en el presente en lugar de preocuparnos por el pasado o el futuro. La atención plena tiene muchos beneficios para adolescentes, e incluso para niños pequeños. Puede ser especialmente útil para aquellos que se alteran con facilidad o que tienen comportamientos impulsivos, incluidos niños con TDAH, depresión, ansiedad o autismo.
Los estudios científicos han demostrado que el mindfulness sí funciona.
La atención plena es una gran habilidad que deben aprender los niños. Los ayuda a enfrentarse a los retos diarios. La idea es que cuando prestan atención a la inhalación y exhalación, se empiezan a tranquilizar por dentro. Entonces pueden aprender a percibir sus sentimientos por su cuenta, incluso los desagradables. Esto les da tiempo para decidir qué quieren hacer con el sentimiento que les molesta, en lugar de reaccionar de forma inmediata. Por ejemplo, la atención plena puede ayudar a reducir su ansiedad. Puede evitar que hagan un berrinche cuando experimentan frustración o enojo.
Un entrenador de mindfulness ayuda a los niños a que comprendan en qué consiste esta técnica al pedirles que encuentren su “lugar tranquilo y silencioso”. A partir de ahí, dice, “pueden aprender a observar sus pensamientos y sentimientos, y pueden empezar a elegir sus comportamientos”.
A estas alturas, es muy probable que hayas escuchado el término “atención plena” (también conocido como atención plena o mindfulness).
Parece estar en todas lados y se anuncia como el nuevo yoga, la respuesta al estrés, la alternativa a Xanax. Pero ¿qué significa el término más allá de toda esa popularidad? Jon Kabat-Zinn, científico y padre de la atención plena contemporánea basada en la medicina, que hace más de 30 años que desarrolló una práctica de meditación terapéutica conocida como reducción del estrés basada en la atención (MBSR, por sus siglas en inglés), define mindfulness simplemente como “prestar atención de una manera particular: a propósito, en el momento presente y sin prejuicios”.
Esa es la versión corta. En la versión larga, mindfulness es una práctica de meditación que comienza al prestar atención a la respiración y poder enfocarse en el momento, no en lo que podría haber sido o lo que te preocupa que pudiera suceder. El objetivo final es distanciarse de los pensamientos y emociones angustiantes para poder observarlos sin reaccionar de inmediato.
En los últimos años, el mindfulness ha surgido como una forma de tratar a niños y adolescentes con condiciones que van desde el TDAH hasta la ansiedad, los trastornos del espectro autista, la depresión y el estrés. Y los beneficios están demostrando ser extraordinarios.
Pero, ¿cómo se puede explicar a niños de cinco años en qué consiste la atención plena o mindfulness? Cuando se está enseñando atención plena a los niños, la Dra. Amy Saltzman, médica holística y coach de mindfulness en Menlo Park, California, prefiere no definir la palabra, sino invitar al niño a sentir la experiencia primero: a que encuentre su “lugar tranquilo y silencioso”.
Elegir comportamientos
“Comenzamos con prestar atención a la respiración”, dice. A “la sensación de expansión de la respiración, la quietud entre la inhalación y la exhalación. Los invito a descansar en el espacio entre las respiraciones. Luego les explico que este lugar tranquilo siempre está con nosotros, cuando estamos tristes, cuando estamos enojados, emocionados, felices, frustrados. Pueden sentirlo en sus cuerpos. Y se convierte en una experiencia de sensación consciente. Pueden aprender a observar sus pensamientos y sentimientos, y lo más importante para mí es que pueden comenzar a elegir sus comportamientos”.
En su práctica privada, Saltzman, y sus discos compactos Still Quiet Place, enseña mindfulness a niños pequeños y adolescentes que tienen diversos desafíos. “Trabajo individualmente con niños que tienen TDAH, problemas de ansiedad, depresión, autismo y problemas con el manejo de la ira. Lo hermoso de trabajar de manera individual con cada uno es que puedes adaptar lo que les ofreces”.
Saltzman también realizó un estudio en conjunto con investigadores de la Standford University que mostró que después de 8 semanas de entrenamiento en mindfulness los estudiantes de cuarto a sexto grado habían documentado disminuciones en la ansiedad y mejoras en la atención. Eran menos reactivos emocionalmente y tenían mayor capacidad de manejar los desafíos diarios y elegir su comportamiento.
Como maestra en la escuela The Nantucket New School, donde todos los estudiantes reciben instrucción en mindfulness, Allison Johnson ha aprendido de primera mano la gran diferencia que puede hacer para los niños. Entonces lo intentó en casa. “Tengo un hijo de seis años con TDAH”, dice. “Traje una campanilla a casa. La usamos la mayoría de las noches antes de dormir, porque a él no le gusta ir a dormir. Nos sentamos en el suelo uno frente al otro, cerramos los ojos y tocamos la campanilla.
A veces agregamos una imagen mental, como si él estuviera flotando en una nube. Nos vamos en este pequeño viaje. Tocamos la campanilla nuevamente y decimos ‘cuando ya no puedas escuchar la campanilla, es hora de abrir los ojos y volver a enfocarte’. Y ahora si se porta mal y es enviado a su habitación, puedo escucharlo arriba haciéndolo por su cuenta. O cuando está inusualmente agitado dice: “Está bien, hagamos nuestra respiración consciente ahora”. Johnson dice que desde que su hijo comenzó a practicar mindfulness, ella ha visto diferencias sutiles pero notables en su comportamiento. “Es más capaz de enfocar su atención y volver a donde estaba, recordando levantar la mano y no moverse tanto”.
Mindfulness y adolescentes
Si bien la investigación en niños y adolescentes en realidad solo está comenzando a ganar fuerza, hay varios estudios pequeños que muestran que la atención plena puede ser especialmente útil para los niños que tienen ansiedad y TDAH. Diana Winston, autora de Wide Awake y directora de Mindfulness Education en el Mindful Awareness Research Center de la UCLA, comenzó en 1993 a llevar a adolescentes con TDAH a retiros para lo que ella llama “campamento intensivo de mindfulness”. Veinte años después, el programa se sigue desarrollando de manera exitosa.
“Los adolescentes se benefician enormemente”, dice. “Hablan de que sus vidas se están transformando. Recuerdo a una joven con TDA que había estado muy deprimida y pensé que no la estábamos ayudando. El último día de clase, ella entró y dijo: ‘Todo es diferente. Estaba realmente deprimida. Mi novio terminó conmigo y ha sido muy difícil, pero finalmente entiendo que no soy mis pensamientos’. Ese concepto es enorme: la no identificación con los pensamientos negativos y tener un poco más de espacio y libertad en medio de eso”.
La reducción del estrés y la autoaceptación son dos de las principales ventajas de la atención plena, beneficios que Winston dice que son particularmente importantes durante el drama y la confusión de los años de la adolescencia. “La regulación emocional, aprender a calmar la mente: esas son habilidades invaluables”.
Cómo manejar la ansiedad con mindfulness
Randye Semple, PhD, profesora asistente en la Keck School of Medicine de la Universidad del Sur de California, ha pasado su carrera desarrollando programas para enseñar a los niños ansiosos a calmar sus mentes. “Cuando miro la ansiedad infantil, veo un problema enorme y un precursor de otros problemas en adolescentes y adultos”, comenta. “Así que pensé que si podíamos manejar la ansiedad podríamos evitar muchos de los otros problemas”. El libro del que ella es coautora, Mindfulness-Based Cognitive Therapy for Anxious Children, se basa en el programa que desarrolló. Un estudio que ella y su coautora, la psicóloga clínica Jennifer Lee, realizaron entre 2000 y 2003 mostró reducciones significativas en los problemas de ansiedad y comportamiento en niños de 8 a 12 años de Harlem y Spanish Harlem que participaron en el programa.
Enseñar mindulness a niños y adolescentes es una tendencia en crecimiento en las prácticas privadas como parte de la terapia, y cada vez más como parte del plan de estudios en clases de educación especial y educación general a lo largo del país. “Estamos al comienzo de un movimiento”, dice Megan Cowan, cofundadora y directora ejecutiva de programas en Mindful Schools en Oakland, California.
“El trabajo de Jon Kabat-Zinn realmente preparó el escenario para que la atención plena sea visible en la cultura dominante. Creo que todos tenemos la sensación de que la sociedad está un poco fuera de control. La educación está un poco fuera de control. Todos estamos buscando una manera de cambiar eso. Esto es significativo para casi todos”.
Preguntas frecuentes
El principal beneficio del mindfulness es que ayuda a los niños a calmarse. De esta forma, aprenden a notar sus sentimientos, incluso los desagradables, con una cierta distancia. La atención plena puede ayudarlos a disminuir su ansiedad y evitar que hagan berriches cuando experimentan frustración o enojo.
Los beneficios del mindfulness para adolescentes incluyen una disminución del estrés y un aumento en la autoaceptación y regulación emocional. Además, les enseña a aquietar la mente.