Cuando hablamos de sexo, es muy importante hablar del establecimiento y respeto de los límites.
Clinical Expert: Dave Anderson, PhD
in EnglishA los adolescentes les enseñamos que antes de cualquier actividad sexual se deben asegurar de obtener el consentimiento de la otra persona. Y que es necesario decir que están de acuerdo, no solamente actuar como si estuvieran interesados. Parece sencillo, pero a muchos adolescentes les resulta incómodo pedir el consentimiento. Y también puede ser difícil responder, especialmente si quieren decir “no”.
Una de las razones para enseñar a los jóvenes a pedir el consentimiento es que a veces están tan centrados en lo que quieren, que no piensan en los sentimientos de la otra persona. Los adolescentes son naturalmente egocéntricos. Pueden pensar que presionar es una forma adecuada de conseguir lo que quieren.
Es importante que los padres les digan a sus hijos que no está bien presionar a alguien para que vaya más lejos de lo que está dispuesto a hacer. Y nadie debe sentir que tiene que ceder a la presión de tener relaciones sexuales (ya sea de su pareja o de sus amigos) si no está preparado para ello.
Es importante que los adolescentes sepan que simplemente porque alguien haya coqueteado contigo o se haya puesto un atuendo sexy, no significa que haya dado su consentimiento para tener relaciones sexuales. Y que la ausencia de un “no” explícito no es lo mismo que otorgar el consentimiento.
Debido a que muchos encuentros sexuales no deseados ocurren cuando una o ambas personas han bebido alcohol, también es importante que los niños sepan que alguien que está borracho o drogado no puede dar su consentimiento. Y si ven que alguien que ha bebido demasiado alcohol está siendo presionado para tener relaciones sexuales, hagan lo posible por ayudar a esa persona a escapar de manera segura.
Es posible que los hombres se hayan hecho a la idea de que a las mujeres les gusta cuando un hombre seguro de sí mismo intenta traspasar su resistencia. Es especialmente importante decirles a los jóvenes que eso no está bien ni los hará parecer más fuertes, sino que es desagradable y peligroso. No dé rodeos. Hable francamente con su hijo sobre las consecuencias emocionales, personales, sociales y legales de la conducta sexual inapropiada.
Cuando se trata de adolescentes y sexo, actualmente les enseñamos a los jóvenes que un requisito previo para que la actividad sexual sea adecuada, y para que se evite el abuso, es el consentimiento. El consentimiento tiene que ser explícito y debe darse varias veces a medida que el encuentro sexual se vuelve más íntimo.
Aunque el concepto de consentimiento pueda parecer simple, a muchos adolescentes les resulta incómodo y difícil pedir y dar o negar su consentimiento.
Una manera de ayudar a los jóvenes a mejorar sus habilidades para establecer y respetar los límites es hacerlos que practiquen estas habilidades desde pequeños. Y que además los padres aborden el tema de manera directa cuando sean adolescentes.
Incluso los padres que comienzan a hablar pronto con sus hijos sobre el consentimiento sexual pueden enfrentarse a muchos ojos en blanco y exclamaciones de “qué asco!” cuando el sexo se vuelve parte de la conversación, dice el Dr. David Anderson, psicólogo clínico del Child Mind Institute. Pero esto no debería desanimar a los padres de seguir haciéndolo.
“Una de las grandes enseñanzas que queremos transmitir a los niños, a cualquier edad, es que en el sexo hay dos personas a considerar. Con mucha frecuencia, las agresiones sexuales o cualquier tipo de atención indeseada ocurren porque la persona que está presionando está demasiado enfocada en sus propios deseos”, explica el Dr. Anderson. Para que los niños comprendan verdaderamente qué es el consentimiento, dice, tienen que ver a los demás con empatía, algo que no siempre se da naturalmente, especialmente en los años egocéntricos de laadolescencia.
Generalmente, el período entre la pubertad y la edad adulta legal. Según algunos estándares, esto incluye los años de la adolescencia, de los 13 a los 19.
El estereotipo de sexo no consensual retrata a una mujer que repetidamente dice “no” a un hombre que ignora lo que ella está diciendo y que, posiblemente, actúa de manera violenta. Pero en realidad, no siempre es así.
“Cuando una o ambas personas sienten algún tipo de presión, pueden terminar haciendo algo de lo que se arrepienten”, dice el Dr. Anderson. Los padres siempre deberían hablar con sus hijos del peligroso papel que desempeña la presión (sentirla o aplicarla) en lo que respecta al consentimiento sexual.
Prestar atención a cómo se está sintiendo el otro es una parte esencial de cualquier relación, pero cuando hablamos de las relaciones románticas o sexuales, esto puede marcar la diferencia entre un encuentro seguro y positivo y uno que puede terminar causando daño.
“Para empezar, tenemos que reconocer que muchos encuentros sexuales no consensuales ocurren en las situaciones donde una o las dos personas están intoxicadas”, dice la Dra. Dowd. “Así que, si hay drogas o alcohol, es inmediatamente una señal de alerta”. Es muy importante hablar francamente con su hijo sobre el uso de sustancias, pero los padres deben tener especial cuidado en centrarse en el papel que desempeñan el alcohol o las drogas sobre la capacidad de una persona de dar u obtener el consentimiento sexual.
“Esta es un área donde el potencial de daño es alto”, dice la Dra. Dowd, “lo lo que es importante tener reglas estrictas y rápidas. Por ejemplo:
Aún en las situaciones en las que parece que no hay dudas, es importante que los jóvenes se comuniquen con sus parejas durante todo el proceso. Ayude a los jóvenes a evitar situaciones con potencial de riesgo, repasando con ellos algunas preguntas que pueden hacerles a sus parejas para comunicarse con su pareja. Por ejemplo:
“También queremos que los jóvenes se acuerden de que un “sí” claro y rotundo equivale a consentimiento”, dice la Dra. Dowd. “Cualquier cosa menos clara es una señal de que es momento de detenerse y comunicarse con su pareja antes de continuar”.
Hacer preguntas en todo momento es importante para asegurarse de que ambas partes están cómodas, pero el consentimiento verbal no siempre es suficiente. “Puede ser difícil saber exactamente cómo te sientes en un momento dado, especialmente si te gusta la otra persona o si te preocupa que al decir “no” puedas herir sus sentimientos o hacer que la situación sea incómoda o vergonzosa”, dice la Dra. Dowd. “No es extraño que las personas digan “estoy bien” cuando no lo están”. Los jóvenes deberían prestar atención a las señales no verbales, por ejemplo:
Ayudar a los niños a identificar lo que no es consentimiento es igual de importante que ayudarlos a entender que sí lo es. Ejemplos de lo que no equivale a consentimiento incluyen:
Finalmente, los jóvenes deberían hacerse estas mismas preguntas a ellos mismos en cualquier encuentro sexual o romántico. La Dra. Dowd dice que los padres deberían animar a los niños a que se comuniquen con ellos mismos con frecuencia. “Lo que queremos es que ellos se pregunten ‘¿quiero hacer esto?, ¿me siento seguro y respetado?, ¿me están presionando, ya sea mi pareja o mis amigos, para que haga algo para lo que no me siento listo?’”.
Ayudar a los niños a hacer una lista de preguntas también los ayudará a enfrentar situaciones difíciles. Pero, sobre todo, los padres deberían asegurarse de que sus hijos entiendan que siempre está bien decir por el motivo que sea: “Detente”. Incluso si no están seguros en ese momento de cuál es la razón.
Es importante que los niños y las niñas aprendan sobre consentimiento, pero para los hombres la lección suele ser más complicada, y más importante. Desde pequeños, los niños y las niñas reciben mensajes muy diferentes, y a veces contradictorios, acerca de sexo y de lo que es (y no es) un comportamiento sexual aceptable.
“Como sociedad, tenemos la terrible costumbre de decirle a las niñas, ‘tienes que aprender a mantenerte a salvo, y nada más, dice la Dra. Dowd. Pero al hacer eso, colocamos todo el peso en ellas de que el encuentro sexual sea consensuado, y damos a entender que si algo malo pasa, ellas tienen la culpa”.
En cambio, dice la Dra. Dowd, los hombres reciben el mensaje de que el sexo, tenerlo o conseguirlo, está vinculado al éxito, a la confianza, al poder y a la masculinidad. Para los niños, especialmente los adolescentes, estos estereotipos se refuerzan aún más por los medios y, de una manera más intensa, por la presión de grupo. Las películas y en la televisión retratan a los hombres como personas que crean estrategias elaboradas para seducir a las mujeres para tener sexo con ellas. Y no aceptar un “no” como respuesta a menudo se retrata como una estrategia exitosa, y a veces, incluso romántica.
Estos mensajes contradictorios a menudo pueden preparar el escenario para situaciones en las que las preferencias y los límites de una niña sean considerados como sin importancia, incluso antes de que ella pueda abrir la boca para decir algo. Los padres, comenta la Dra. Dowd, pueden prevenir esto al asegurarse de hablar con sus hijos de lo que constituye el comportamiento respetuoso y enfatizar el papel que tendrán para ser responsables en el contexto del consentimiento sexual.
Las conversaciones acerca del consentimiento sexual son vitales, pero pueden no ser tan sencillas para todos los padres. Si se siente incómodo, o si no está seguro de qué decir, intente buscar respaldos. Llame a un amigo o a un familiar que tenga experiencia en lidiar con estos asuntos, o pregúntele al consejero académico si le puede dar consejos acerca de cómo empezar la conversación. Si necesita más recursos para hablar con los niños y los adolescentes sobre consentimiento sexual, acuda a las páginas web Teach Consent (página en inglés) o RAINN, o cualquiera de estos libros (en inglés).
Notifications