El TERIA (trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos o ARFID, por sus siglas en inglés) es un trastorno alimentario. Los niños con TERIA tienen hábitos alimenticios rígidos y restringidos, pero no están tratando de perder peso. Los niños con TERIA evitan ciertos alimentos o grupos de alimentos. El TERIA causa problemas importantes en la salud física y mental de los niños.
¿Qué es el TERIA?
Cómo reconocer (y tratar) el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos
Expertos clínicos: Jerry Bubrick, PhD , Allison Dubinski, LCSW
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Qué es el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos (TERIA)?
- ¿En qué se diferencia el TERIA de ser exigente o quisquilloso para comer?
- ¿Cómo se trata el TERIA?
Lectura rápida
TERIA son las siglas de “trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos”. El TERIA es un trastorno alimentario relativamente nuevo que luce muy diferente a otros trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia. Los niños con TERIA no están preocupados de cuánto pesan, aunque a veces pierden mucho peso. En cambio, tienen hábitos alimentarios rígidos y restrictivos por otras razones.
Muchos niños con TERIA evitan los alimentos que tienen cierto sabor, textura, color o alguna otra cualidad específica. Por ejemplo, pueden negarse a comer cualquier cosa verde o crujiente. Otros tienen un miedo extremo a vomitar o atragantarse que les impide comer. Y algunos niños con TERIA simplemente tienen muy poco interés en la comida. Es común que a los niños con diferentes tipos de TERIA solo les guste un conjunto muy limitado de alimentos.
Lo que distingue al TERIA de los típicos quisquillosos para comer es que el TERIA tiene un efecto negativo significativo en la salud física y/o mental del niño. Aproximadamente la mitad de los niños con TERIA tienen un peso inferior al normal para su edad. Muchos tienen déficits nutricionales, lo que significa que no comen lo suficiente para que su cuerpo funcione de manera normal. El TERIA a menudo también se interpone en la vida cotidiana de los niños. Puede que eviten las reuniones sociales o incluso la escuela si hay comida involucrada.
El TERIA puede aparecer en niños desde los seis años, y es diagnosticado casi por igual en niños y niñas. Los síntomas del TERIA pueden coincidir con los de otros trastornos, y algunos niños tienen TERIA además de otro trastorno. En particular, el autismo y el TOC pueden tener mucho en común con el TERIA. Si cree que su hijo pudiera tener TERIA, es importante que un profesional de la salud mental, idealmente un especialista en trastornos alimentarios, lo evalúe de manera exhaustiva.
Los investigadores siguen explorando las mejores maneras de tratar el TERIA. Los primeros estudios sobre formas de terapia cognitivo-conductual (TCC) y el tratamiento basado en la familia han mostrado resultados prometedores. Los niños con TERIA que no reciben tratamiento suelen seguir experimentando síntomas cuando son adultos, así que buscar tratamiento a tiempo puede marcar una gran diferencia.
Cuando pensamos en los trastornos alimentarios, lo primero que imaginamos es a mujeres jóvenes obsesionadas con perder peso y que llegan a extremos poco saludables de dieta y ejercicio para conseguirlo. Pero en el caso del trastorno alimentario conocido como TERIA, el panorama es muy diferente.
TERIA significa “trastorno restrictivo por evitación de la ingesta de alimentos”, y se convirtió en un diagnóstico clínico en 2013 con la publicación del DSM-5. Dado que es un diagnóstico relativamente nuevo, los médicos todavía están aprendiendo sobre él y acerca de cómo tratarlo. Pero algunas características fundamentales lo diferencian de otros trastornos alimentarios.
“Los niños con TERIA no se preocupan especialmente por el peso o la figura, definitivamente no de la manera en que lo hacen las personas jóvenes con bulimia nerviosa, anorexia nerviosa típica o anorexia nerviosa atípica“, dice el doctor Daniel Le Grange, PhD, director del Eating Disorders Program de la Universidad de California en San Francisco. “Lo que distingue al TERIA de esos tres diagnósticos de trastorno alimentario es su preocupación por el sabor, la textura, el color o incluso el ‘movimiento’ (como la gelatina) de los alimentos”. Los niños con TERIA pueden tener o no un peso inferior al normal, pero perder peso no es la motivación que impulsa sus hábitos alimentarios. En su lugar, evitan ciertos alimentos o grupos de alimentos por una gran variedad de razones, que a menudo desconciertan a sus familias.
El TERIA suele aparecer en niños mucho más jóvenes que en el caso de otros trastornos alimentarios. Las señales pueden ser evidentes cuando el niño tiene seis o siete años, pero dado que puede ser difícil diferenciar el TERIA de los quisquillosos normales, es posible que no reciba un diagnóstico de inmediato. Además, a los niños se les diagnostica TERIA con la misma frecuencia que a las niñas, a diferencia de otros trastornos alimentarios, cuyo diagnóstico es mucho más frecuente en las niñas.
Muchos niños son quisquillosos para comer. Entonces, ¿en qué se diferencia el TERIA?
¿Cómo luce el TERIA?
El rasgo distintivo del TERIA es una restricción o evitación de ciertos alimentos o grupos de alimentos de una forma tan extrema que interfiere en la vida diaria y la salud física del niño. Los aspectos específicos pueden ser muy diferentes para cada niño.
Muchos niños con TERIA evitan los alimentos que tienen un determinado sabor, textura, color o alguna otra cualidad específica. Por ejemplo, podrían negarse a comer cualquier cosa verde o crujiente. Suelen tener un conjunto muy limitado de alimentos que les gustan y se alteran intensamente o incluso les pueden dar náuseas si tienen que comer otra cosa. Esto suele denominarse TERIA “por evitación”.
Otros niños con TERIA restringen su alimentación por miedo a atragantarse, vomitar o enfermarse. Es posible que hayan vomitado o se hayan atragantado con un determinado alimento antes (o que hayan visto cómo le ocurría a otra persona) y hayan desarrollado una ansiedad extrema a que les vuelva a ocurrir. Por ejemplo, si una vez se les atascó un trozo de tomate en la garganta, podrían negarse a comer no solo tomates, sino todas las cosas rojas o con un olor similar. Esta forma de TERIA basada en el miedo se denomina a veces “aversiva”.
Por último, algunos niños con TERIA simplemente tienen poco interés en la comida o en comer. Pueden olvidarse de comer, distraerse fácilmente durante las comidas o comer con extrema lentitud. También es usual que les gusten únicamente un conjunto reducido de alimentos. Esto suele denominarse TERIA “por restricción”.
Es habitual que los niños con todos los tipos de TERIA tengan hábitos rígidos o rituales en torno a la comida. Por ejemplo, pueden insistir en comer las cosas en un orden determinado o bien apartar de sus platos los alimentos que no les gustan.
Para que un niño con cualquiera de estos patrones alimentarios sea diagnosticado con TERIA, sus hábitos alimentarios deben tener un impacto negativo significativo en su salud física y/o mental. A menudo, los niños con TERIA pierden una cantidad de peso poco saludable, o no logran aumentar de peso y crecer a medida que se hacen mayores. Alrededor del 50% de los niños con TERIA tienen un peso inferior al normal para su edad. También pueden tener déficits nutricionales importantes, lo que significa que no reciben suficientes calorías o una variedad de nutrientes suficiente para que su cuerpo funcione con normalidad.
Las repercusiones sociales del TERIA también son profundas. “No vas a un restaurante con tu familia”, dice el Dr. Le Grange. “No aceptas las invitaciones de tus amigos si involucran la comida. Puede incluso interferir con ir a la escuela”.
Señales de alerta del TERIA
En general, los primeros síntomas de TERIA se parecen mucho a los comportamientos de una exigencia extrema en relación con la comida. Algunos comportamientos a los que hay que prestar atención en los niños pequeños son:
- Que les gusten muy pocos alimentos.
- Evitar alimentos específicos o grupos de alimentos basándose en cualidades como la textura o el color.
- Exigencia que empeora con el tiempo, incluyendo el rechazo a comer alimentos que antes les gustaban.
- Ansiedad a la hora de comer.
- Miedo intenso a atragantarse o vomitar.
- Comer muy lentamente.
- Falta de apetito o sentirse satisfecho rápidamente.
- Quejas de sentirse enfermo después de comer.
Dado que los niños con TERIA suelen estar desnutridos, también puede haber señales fisiológicas de advertencia. Estas señales también pueden ser indicadores de otros trastornos alimentarios, especialmente de anorexia nerviosa, y es importante buscar tratamiento médico si su hijo muestra alguno de ellos. Las señales de advertencia fisiológicas incluyen:
- Pérdida de peso, o no aumentar de peso ni crecer según lo esperado en función de su edad.
- Problemas digestivos que no tienen otra explicación médica.
- Problemas de concentración.
- Mareos o desmayos.
- Problemas para dormir o sentirse cansado todo el tiempo.
- Sensación de frío.
- Piel seca, uñas quebradizas o pérdida de cabello.
- Ausencia de períodos menstruales.
- Debilitamiento del sistema inmunitario.
TERIA y otros trastornos
Una de las cosas que puede dificultar el diagnóstico del TERIA es que sus síntomas a menudo se superponen con otros trastornos alimentarios (muy probablemente con la anorexia nerviosa) o con otro trastorno absolutamente distinto, y muchos niños tienen TERIA y otro trastorno.
Los trastornos de atención y de ansiedad pueden manifestarse de manera parecida al TERIA. Los niños con TDAH podrían mostrar un menor interés en la comida o comer lentamente porque se distraen con facilidad. O un niño con ansiedad social podría estar demasiado asustado como para comer en la escuela delante de sus compañeros.
Además, el TERIA puede confundirse y superponerse con el autismo. Al igual que los niños con TERIA, los niños en el espectro autista suelen ser muy sensibles a la experiencia sensorial de comer. Por ejemplo, pueden negarse a comer algo demasiado blando o demasiado crujiente.
Por último, como los niños con TERIA suelen tener comportamientos ritualizados y hábitos rígidos en torno a la comida, su comportamiento puede parecerse (y superponerse) con el trastorno obsesivo-compulsivo o TOC (OCD, por sus siglas en inglés). “La emetofobia, o miedo a vomitar, es la principal condición del TOC que puede confundirse con el TERIA”, dice el doctor Jerry Bubrick, director del Obsessive-Compulsive Disorder Service del Child Mind Institute. Pone el ejemplo de un niño que come demasiado en el Día de Acción de Gracias y vomita, y luego desarrolla un miedo intenso a los vómitos y a todo lo que le recuerde ese incidente. “Ellos podrían tirar esa ropa, negarse a sentarse en el mismo sitio en la mesa y negarse a comer cualquier alimento de Acción de Gracias”, explica el Dr. Bubrick.
Dado que el miedo a vomitar de este niño lo hace evitar compulsivamente tantas cosas diferentes (no solo los alimentos) su diagnóstico sería más bien el de TOC, aunque su alimentación esté restringida. “Los déficits nutricionales suelen ser lo que más distingue al TERIA”, dice el Dr. Bubrick. “Si ese mismo niño estuviera comiendo mucho menos en general y no ingiriera suficientes calorías debido a esa experiencia, y estuviera empezando a sufrir desde el punto de vista nutricional, entonces el diagnóstico tendería más hacia el TERIA”. También es posible que un niño sea diagnosticado tanto de TOC como con TERIA.
Tratamiento para el TERIA
Dado que las posibles señales del TERIA pueden ser tan difíciles de interpretar, es importante que un profesional con experiencia realice una evaluación exhaustiva si usted cree que su hijo pudiera tenerlo. Lo mejor es empezar con un especialista en trastornos alimentarios si es posible, aunque otros profesionales clínicos (como los que trabajan con niños con autismo o con problemas gastrointestinales) también pueden detectar señales de TERIA en niños que inicialmente parecen tener un problema diferente. Y si cree que su hijo puede tener también otro diagnóstico, como el TOC, es útil también ponerse en contacto con un especialista en ese campo, especialmente durante la evaluación.
Debido a que el TERIA es un diagnóstico relativamente nuevo, los investigadores todavía están explorando las mejores formas de tratarlo, y todavía no existe un modelo de tratamiento claro basado en evidencia. “Hay un par de estudios piloto, estudios de tratamientos en desarrollo, pero no hay ensayos clínicos aleatorios”, dice el Dr. Le Grange. “Así que no podemos afirmarlo con certeza. Pero hay un par de candidatos a tratamiento que son bastante prometedores”.
En los casos en que un niño con TERIA tiene un peso inferior al normal o está desnutrido, una gran parte del tratamiento (como en otros trastornos alimentarios) consiste en ayudarlo a recuperar el peso y mantener la estabilidad médica. Esto puede implicar trabajar con nutricionistas y endocrinólogos, mientras que los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a los niños a superar los retos sensoriales relacionados con la alimentación.
El tratamiento del TERIA también tiene mucho en común con el tratamiento del TOC y otros trastornos de ansiedad, especialmente en los casos en los que el niño no tiene un peso inferior al normal. Hay varias iniciativas prometedoras en marcha para adaptar la terapia cognitivo-conductual (TCC) para su uso en niños con TERIA. Entre ellas se encuentra un modelo llamado CBT-AR (en inglés), así como uno que combina el tratamiento basado en la familia para los trastornos alimentarios y un modelo de tratamiento de la ansiedad llamado Protocolo Unificado (FBT-UP) (en inglés).
El Dr. Bubrick señala que los niños con TERIA suelen creer firmemente que sus miedos irracionales son ciertos, es decir, creen que realmente van a vomitar si comen algo verde, en lugar de reconocer que ese resultado es poco probable. Por esa razón, puede ser complicado utilizar la terapia de exposición para estos niños, ya que incluso la más mínima exposición a la cosa que temen, desencadena una ansiedad excesiva. En consecuencia, el Dr. Bubrick dice que a menudo es útil para el tratamiento del TREIA comenzar con el tratamiento cognitivo para ayudar a los niños a ver sus miedos de una manera más racional. Luego, pueden proceder a la terapia de exposición sabiendo que los alimentos que les producen ansiedad no son realmente peligrosos.
A pesar de la complejidad, el Dr. Le Grange subraya que, sea cual sea el tratamiento que reciban los niños, la participación de los padres y el apoyo en casa son fundamentales. Y está claro que la intervención temprana es importante. Si bien los niños quisquillosos para comer suelen superar su exigencia, los niños con TERIA que no reciben tratamiento suelen seguir experimentando síntomas en la edad adulta (aunque el TERIA rara vez comienza en la edad adulta).
“Cuando se observan los pocos estudios disponibles sobre el TERIA, hay un número significativo de jóvenes que, cuando tenían seis o siete años, ya mostraban síntomas y signos claros, pero los padres pensaban que solo eran comedores quisquillosos o difíciles”, dice. Dado que puede ser tan difícil determinar qué es TERIA y qué no lo es, es importante pedir ayuda si el hecho de que su hijo sea quisquilloso con la comida está teniendo un impacto negativo en su bienestar físico, social o emocional.
Preguntas frecuentes
El TERIA se trata con terapia cognitivo-conductual (TCC) y terapia familiar. Los investigadores todavía están explorando las mejores formas de tratar el TERIA. Todavía no existe un modelo de tratamiento claro basado en la evidencia.