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CBD: Lo que los padres deben saber sobre el cannabidiol

Algunos padres se lo dan a los niños para combatir la ansiedad y otros problemas. Pero existen riesgos y hay poca investigación para respaldarlo.

Escrito por: Katherine Martinelli

Experto clínico: Paul Mitrani, MD, PhD

in English

El CBD está en todas partes. Desde tiendas y bares de la esquina hasta dispensarios de marihuana medicinal. Se está ofreciendo por su reputada capacidad para aliviar el dolor y hacer que las personas se sientan mejor.

Aunque el CBD (su nombre completo es cannabidiol) se extrae de la marihuana o el cáñamo, no contiene THC, el químico en la marihuana que tiene efectos psicoactivos, por lo que no te hace sentir drogado.

Disponible en forma de vapeo, aceites, lociones, cócteles, café, gomitas, lo que sea, el CBD ha sido promocionado como un tratamiento para molestias importantes como dolor crónico, cáncer, migrañas, ansiedad y TDAH. Sabemos que ya es tendencia cuando incluso Consumer Reports ha publicado guías sobre cómo comprar CBD y consejos para el uso seguro de CBD.

Los adultos no sólo están experimentando con CBD por lo que sea que los esté molestando, sino que cada vez más padres recurren al CBD para ayudar a sus hijos a concentrarse, dormir, calmarse y más.

Pero el uso popular del CBD está expandiéndose con muy poca investigación sobre su seguridad o eficacia, especialmente en niños. La primera y única droga derivada de la marihuana aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), Epidiolex (en inglés) se usa para tratar una forma inusual y grave de epilepsia en pacientes a partir de los dos años de edad. Y dado que el cannabis se encuentra en las primeras etapas de legalización y regulación, existe una gran variedad en cuanto a la calidad y la dosis de los productos, riesgos asociados con el uso de productos que no han sido investigados por la FDA.

¿Qué sabemos sobre el CBD?

Durante milenios, las plantas de cáñamo se han utilizado con fines medicinales en todo el mundo. En 1851, la marihuana fue clasificada por la United States Pharmocopeia (en inglés) como un compuesto médico viable utilizado para tratar condiciones como la epilepsia, las migrañas y el dolor. Pero desde que la marihuana y los productos relacionados con cannabis se hicieron ilegales en Estados Unidos en 1970, ha habido falta de investigación sobre la marihuana o el CBD. Su clasificación como droga de la Lista 1 hizo casi imposible obtener fondos federales para estudiar el cannabis.

“El mayor problema es que todavía hay mucho que necesitamos saber, especialmente en niños”, dice el Dr. Paul Mitrani, director médico del Child Mind Institute. “En lo que respecta al tratamiento de los trastornos de salud mental en niños y adolescentes, hay una falta de evidencia que respalde su uso”.

El Dr. Mitrani, quien es pediatra y psiquiatra de niños y adolescentes, dice que es un área digna de investigación, pero recomienda que los padres esperen hasta que se realicen más investigaciones antes de administrar CBD a un niño.

Preocupaciones sobre el CBD

Aunque es común la evidencia anecdótica acerca de los beneficios del CBD, existen riesgos asociados con el uso de estos productos, especialmente en niños. Estas son algunas de las preocupaciones:

  • Los productos no son confiables en la entrega de una cantidad constante de CBD. Podrían tener menos o más de lo anunciado, y la mayoría no ofrece una verificación independiente de los contenidos activos. El análisis de los productos en venta muestra que muchos no tienen la cantidad de CBD que anuncian. “Por lo tanto, no se puede confiar en la calidad de lo que se está obteniendo”, señala el Dr. Mitrani.
  • ¿Cuánto se absorbe? Se sabe muy poco acerca de cuánto CBD se entrega realmente al cerebro a través de un producto determinado. Diversas vías de administración (vapear, tomarlo por vía oral, comerlo en productos horneados, etc.) entregan niveles diferentes. Incluso los aceites en los que se disuelve el CBD pueden tener efectos variables. “Los efectos pueden variar mucho según la vía de administración utilizada, y la cantidad a la que están expuestas las personas puede ser inconsistente”, dice el Dr. Mitrani.
  • Los productos pueden contener otras cosas que no sean CBD y pueden ser perjudiciales. Las pruebas de laboratorio, que proporcionan información sobre los niveles de CBD, los niveles de THC (si corresponde) y los contaminantes en el producto, no son obligatorios para los productos de CBD en todos los estados. Sin un CoA (Certificado de Análisis) es mucho más difícil verificar la seguridad del producto. El CBD pirata podría estar relacionado con enfermedades pulmonares recientes y muertes atribuidas al vapeo. Los CDC y la American Medical Association recomiendan evitar por completo vapear, mientras se determina la causa de estas enfermedades.
  • El CBD puede ser seguro en sí mismo, pero podría interactuar con otros medicamentos que toma el niño, que también se metabolizan en el hígado. Si se usa para dormir, al Dr. Mitrani le preocupa que, si bien podría ayudarlo a dormir, “tu hijo puede desarrollar tolerancia al CBD y posiblemente sus problemas de sueño empeoren si se detiene su uso”.
  • Dado que el uso de CBD, especialmente en niños, es todavía muy nuevo, pocas personas están familiarizadas con la dosificación para niños, por lo que determinar cuánto darle a tu hijo podría ser complicado. Las dosis clínicas versus lo que podrías encontrar en una cafetería pueden variar dramáticamente.
  • La legalidad de los productos de cannabis y el CBD sigue siendo confusa. El CBD derivado del cáñamo es legal a nivel federal, mientras que el CBD derivado de las plantas de marihuana está sujeto al estatus legal en cada estado y sigue siendo ilegal a nivel federal. Mientras tanto, la FDA emitió una declaración (en inglés) que aclara que los productos que contienen CBD, incluso si se derivan de cáñamo legal y comercial, no pueden afirmar tener beneficios terapéuticos o venderse como suplementos alimenticios a menos que hayan sido aprobados por la FDA para ese uso.

¿Es seguro el CBD?

El año pasado, la Organización Mundial de la Salud, reconociendo la explosión de usos médicos “no autorizados” de CBD, revisó la evidencia de su seguridad y eficacia. El informe de la OMS concluyó que “el CBD por lo general se tolera bien y tiene un buen perfil de seguridad”. Cualquier efecto adverso podría ser el resultado de interacciones entre el CBD y los medicamentos existentes de un paciente, señaló la OMS.

El informe no encontró indicios de posible abuso o dependencia. “Hasta la fecha no hay evidencia de uso recreativo de CBD o de ningún problema relacionado con la salud pública asociado con el uso de CBD puro”.

En cuanto a la efectividad, la OMS señaló que varios ensayos clínicos habían demostrado efectividad para la epilepsia, y agregó: “También hay evidencia preliminar de que el CBD puede ser un tratamiento útil para una serie de otras condiciones médicas”.

Aceite de CBD para la ansiedad

En 2015, un grupo de investigadores dirigido por Esther Blessing, PhD, de New York University, investigó el potencial del CBD para tratar la ansiedad (en inglés). En una evaluación de 49 estudios, encontraron resultados prometedores y la necesidad de más estudios.

La evidencia “preclínica” (por ejemplo, de estudios en animales) “demuestra de manera concluyente la eficacia del CBD para reducir los comportamientos de ansiedad relevantes para los trastornos múltiples”, escribió el Dr. Blessing. Estos incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, TEPT, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social y TOC.

La evaluación señala que los prometedores resultados preclínicos también están respaldados por hallazgos experimentales en humanos, que también sugieren “efectos sedantes mínimos y un excelente perfil de seguridad”. Pero estos hallazgos se basan en poner a personas sanas en situaciones que las hacen sentir ansiosas y medir el impacto del CBD sobre la respuesta de ansiedad. Se requieren más estudios para establecer un tratamiento con CBD que tenga efectos similares en personas que luchan contra la ansiedad crónica, así como cuál podría ser el efecto del uso prolongado de CBD.

“En general, la evidencia actual indica que el CBD tiene un potencial considerable como tratamiento para los trastornos de ansiedad múltiples —concluye el Dr. Blessing— con la necesidad de seguir estudiando los efectos crónicos y terapéuticos en poblaciones clínicas relevantes”.

CBD y autismo

Un grupo de investigadores israelíes ha estado explorando el uso de CBD para reducir los comportamientos problemáticos en niños en el espectro autista. Un estudio de factibilidad (en inglés) con 60 niños encontró una mejora sustancial en los estallidos temperamentales, en la ansiedad y en los problemas de comunicación, así como en los niveles de estrés reportados por los padres.

Los investigadores, dirigidos por el Dr. Adi Aran, director de la unidad de neurología pediátrica del Shaare Tzedek Medical Center, realizaron un ensayo doble ciego, aleatorio y controlado con placebo entre 150 participantes con autismo. En este ensayo, recién completado que aún no ha sido analizado, los pacientes fueron tratados con CBD durante tres meses.

Auge de investigación

En Estados Unidos, la investigación ha recibido un impulso debido al cambio en cuanto a las directrices y leyes. En 2015, la DEA aligeró algunos de los requisitos reglamentarios (en inglés) que han hecho que el CBD, como sustancia de la lista 1, sea difícil de investigar. “Debido a que el CBD contiene menos del 1 por ciento de THC y ha mostrado algún valor medicinal potencial, existe un gran interés en estudiarlo para aplicaciones médicas”, dijo la DEA al anunciar el cambio.

Y al aprobar el primer medicamento a base de CBD, Epidiolex, el año pasado, la FDA expresó entusiasmo por el auge de investigación que seguramente vendrá, junto con palabras severas para la avalancha de comercializadores de productos que reclaman beneficios de salud no comprobados.

“Continuaremos apoyando la investigación científica rigurosa sobre los posibles usos médicos de los productos derivados de la marihuana y trabajaremos con los desarrolladores de productos que estén interesados ​​en brindar a los pacientes productos seguros y efectivos de alta calidad”, prometió la FDA. “Pero, al mismo tiempo, estamos preparados para tomar medidas cuando veamos la comercialización ilegal de productos que contienen CBD con reclamos médicos graves y no comprobados”.

Preguntas frecuentes

¿Es seguro el CBD para los niños?

La Organización Mundial de la Salud ha llegado a la conclusión de que, en general, el CBD es seguro para los niños. Sin embargo, no hay suficiente investigación acerca de qué dosis son seguras para los niños o cómo podría interactuar con otros medicamentos. Los expertos recomiendan que, debido a que todavía hay mucho que desconocemos, los padres deberían abstenerse de darles CBD a sus hijos.

La última revisión de este artículo se realizó el 1 de abril de 2024.