Puedes motivar a tu hijo a hacer sus tareas al hacerle saber que estás disponible para responder cualquier duda que pudiera tener, así como que te das cuenta de lo mucho que se está esforzando. También le puede ofrecer una recompensa con pequeños detalles, como ir a tomar un helado después de completar una determinada cantidad de tareas.
Cómo ayudar a tu hijo a mantener la motivación en la escuela
Estrategias que puedes usar para ayudar a los niños a esforzarse a su máximo potencial.
Expertos clínicos: Laura Phillips, PsyD, ABPdN , Kenneth Schuster, PsyD , Kristin Carothers, PhD
in EnglishLo que aprenderá
- ¿Por qué algunos niños tienen problemas para motivarse en la escuela?
- ¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a esforzarse más en la escuela?
Lectura rápida
Es común que a los niños les falte motivación en la escuela. A veces, esto ocurre porque el niño tiene TDAH, ansiedad, desafíos sociales o una discapacidad de aprendizaje. Pero otras veces, los niños sin un problema diagnosticado siguen teniendo dificultades para desarrollar todo su potencial en la escuela. Estas son algunas formas en que los padres pueden alentar a los niños a esforzarse más en la escuela.
Empieza por enseñarles que a ti te importa su trabajo escolar. Pregúntales cómo van las clases. Diles que está ahí si necesitan ayuda con las tareas. Pídeles que te cuenten qué están aprendiendo y qué les gusta (o no) de las tareas. Con los niños mayores, asegúrate también de darles espacio. Si perciben que tú estás tratando de presionar, se pueden resentir y terminar sintiendo menos motivación.
El uso de refuerzos positivos también ayuda. No es necesario dar a los niños grandes recompensas. Las recompensas pequeñas, como chocar las palmas o unos minutos más de tiempo de pantalla, pueden marcar la diferencia. También es importante elogiar el esfuerzo, no los resultados. Por ejemplo, elogia a tu hijo cuando termine una tarea difícil o cuando asista a una clase que le cuesta trabajo. Nadie obtiene buenas calificaciones todo el tiempo, así que asegúrate de que tu hijo sepa que tú no esperas perfección.
También puedes incorporar refuerzos si las tareas escolares se están convirtiendo en una fuente de conflicto para ti y tu hijo. Podrías encontrar a un estudiante mayor en la escuela de tu hijo o en una universidad cercana que supervise sus tareas y reducir así el estrés familiar. Hablar con el maestro de tu hijo también te puede dar una idea sobre cómo es su comportamiento en clases y trabajar en equipo para lograr que se motive.
Por último, asegúrate de controlar tus propias emociones. Si sientes frustración o enojo por el rendimiento escolar de tu hijo, un terapeuta o grupo de apoyo podrían ayudar.
Si tienes un hijo que tiene dificultades en la escuela y parece que no tiene la motivación para esforzarse, lo primero que querrás hacer es averiguar si hay algún obstáculo que esté interfiriendo en su camino. Dificultades de aprendizaje, desafíos sociales, problemas emocionales o de atención pueden hacer que los niños se desconecten de la parte académica.
Pero no todos los niños que tienen un bajo rendimiento escolar (y que claramente no están alcanzando su máximo potencial) tienen un problema diagnosticable. Además, hay muchas cosas que los padres pueden hacer para motivar a los niños a esforzarse más.
Involúcrate
Como padre o madre, tu presencia en la vida académica de tus hijos es crucial para lograr que se comprometan con el trabajo. Haz la tarea con ellos, y hazles saber que estás disponible para responder preguntas. Adquiere el hábito de preguntarles sobre lo que aprendieron en la escuela, y en general involúcrate en la parte académica. Al demostrar tu interés en la vida escolar de tu hijo, le estás mostrando que la escuela puede ser emocionante e interesante. Esto es especialmente efectivo en el caso de niños pequeños que se suelen entusiasmar con lo que sea que a ti te entusiasme. Puede que a los adolescentes se les pongan los pelos de punta si sienten que les está haciendo demasiadas preguntas, así que asegúrate de compartir tú también los detalles de tu día. Una conversación siempre es mejor que un interrogatorio.
Del mismo modo, es importante involucrarse pero dar a los niños mayores un poco más de espacio. Si estás todo el tiempo insistiéndoles en que hagan sus deberes, puede que desarrollen resistencia y sientan una menor motivación para trabajar, sin mencionar la tensión que esto puede añadir a la relación entre ustedes.
Usa refuerzos
A muchos padres les preocupa recompensar a los niños por hacer su trabajo, y es cierto que las recompensas tangibles se pueden transformar en una pendiente resbaladiza. Pero hay formas de utilizar la motivación extrínseca, que los niños terminan incorporando con el tiempo. “Los niños responden muy bien a los refuerzos sociales como los elogios, los abrazos, chocar las palmas y ese tipo de cosas”, dice Laura Phillips, PsyD, neuropsicóloga. “Después empiezan a hacer [las cosas] solamente porque eso les hacer sentir bien”.
Ken Schuster, PsyD, neuropsicólogo del Child Mind Institute alienta a los padres a usar actividades gratificantes, que tal vez habrían ocurrido de cualquier manera, pero colocándolas después de un tiempo determinado dedicado a la tarea. Él sugiere cosas que son fáciles de ofrecer pero que tu hijo disfrutará, como ir a tomar un helado o compartir una barra de chocolate. También recomienda dividir el trabajo en partes y utilizar pequeños descansos como recompensa por completar cada parte.
Recompensa el esfuerzo en vez del resultado
El mensaje que quieres enviar es que respetas el esfuerzo. Elogiar a los niños por seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles, por hacer un esfuerzo sostenido, por probar cosas que no saben si podrán lograr, puede ayudar a enseñarles el placer de esforzarse. Los elogios por las buenas calificaciones que se obtienen fácilmente pueden hacer que los niños sientan que no se tienen que esforzar.
Ayúdales a ver el panorama general
Para los niños más grandes que han desarrollado una comprensión de lo que significa retrasar la gratificación, a veces simples recordatorios de sus metas a largo plazo les pueden servir de motivación. Puede ser útil recordarles a muchos estudiantes del último año de high school (quienes a menudo se relajan después de tener asegurado su ingreso a la universidad), que podrían perder su aceptación si sus calificaciones bajan demasiado, o que podrían no tener la preparación necesaria para las clases en la universidad. “Vincular la escuela con sus objetivos a largo plazo puede hacer que el trabajo se sienta más satisfactorio en lo personal”, explica la Dra. Phillips.
Permite que cometan errores
Nadie puede obtener las más altas calificaciones en todos los exámenes, ni puntajes perfectos en cada tarea. Si bien los niños necesitan estímulo y es saludable promover que den lo mejor de sí, es importante saber que los contratiempos son naturales. A veces, la única manera de que los niños aprendan a prepararse adecuadamente para la escuela es averiguando qué sucede cuando no lo están.
Obtén ayuda externa
Una forma de aliviar un poco la tensión de la relación con tu hijo es encontrar un estudiante mayor (ya sea en su escuela o en una universidad cercana) que le pueda ayudar con el trabajo. La mayoría cobrará tarifas bastante bajas, y el hecho de que estén más cerca de la edad de tu hijo puede hacer que sea más probable que escuche lo que le dicen.
“Los deberes eran una fuente de conflicto para nosotros”, dice Elizabeth, cuyo hijo Alex tiene TDAH. Elizabeth contrató a algunos estudiantes de Barnard para ayudar a Alex a hacer sus deberes durante ciertas tardes, recuerda. “Se comportaba mucho mejor con ellos, y era dinero bien invertido para mí porque no estaba peleando y no estaba estresada”.
Haz del maestro tu aliado
Otra de las cosas más importantes que puedes hacer por tu hijo es colaborar con su maestro. El maestro puede tener información adicional sobre cómo motivar a tu hijo o sobre el tipo de dificultades que podría estar teniendo. Asimismo, tú le puedes compartir cualquier estrategia o información que tengas.
Cuando su hijo estaba en la escuela primaria y solo tenía un maestro, Elizabeth lo llamaba por teléfono antes del primer día de clases, se presentaba y le advertía sobre el TDAH de su hijo y sobre su dificultad para concentrarse. Le daba al maestro pequeños consejos que había encontrado útiles con Alex, como por ejemplo, escribir instrucciones de varios pasos en la pizarra, darle golpecitos en el hombro mientras pasaba para asegurarse de que estaba prestando atención y otros pequeños ajustes que seguramente serían útiles para cualquier niño pequeño, pero que son especialmente importantes para uno con TDAH.
“Asegúrate de que tanto la escuela como el hogar estén coordinados”, enfatiza la Dra. Carothers, PhD, psicóloga clínica que a menudo establece un sistema que ella llama la boleta de calificaciones diarias. Con este sistema, el niño recibe puntos de su maestro por cosas como completar el trabajo y seguir las instrucciones la primera vez que las recibe. Luego lleva esos puntos a casa, donde sus padres le dan pequeñas recompensas, como tiempo adicional en el iPad o jugar un juego en familia.
Obtén apoyo para ti
Puede ser tan frustrante para ti ver a tus hijos perder interés en la escuela como para ellos no poder concentrarse. Elizabeth dice que a menudo se siente juzgada como madre por tener un hijo al que le cuesta tanto la escuela.
Algunas escuelas tienen grupos de apoyo para padres de niños que tienen una menor motivación, y si la escuela de tu hijo no los tiene, Elizabeth te anima a crear uno. “Es muy reconfortante saber que no estás a solas en esto”, dice. “También es útil escuchar a las personas que ya han pasado por la experiencia hablar sobre cómo moverse a través del sistema escolar, encontrar un terapeuta y hablar con los maestros”.
“Si sientes que te estás enojando o frustrando demasiado con tus hijos, da un paso atrás”, recomienda la Dra. Carothers. “Pon las cosas en contexto”.
También es importante mantener tus objetivos en perspectiva: tal vez tu hijo no se convierta en un estudiante estrella. Asegúrate de enfocarte más en el esfuerzo que hace y en el compromiso que muestra que en el resultado que logra. Si esperas logros perfectos de un niño que está teniendo dificultades en la escuela, enloquecerás.
“No estoy tratando de que mi hijo sea alguien que no es”, dice Elizabeth acerca de sus esfuerzos por ayudar a su hijo. “Solamente quiero que alcance su potencial”.
Preguntas frecuentes
Para motivar a un niño a que tenga un buen desempeño en la escuela, utiliza refuerzos positivos como abrazos y choques de manos, recompensa su esfuerzo en lugar de resultados específicos y ayúdale a establecer la conexión entre su esfuerzo actual y el logro de objetivos a largo plazo, como entrar a la universidad.
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