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Cómo ayudar a las niñas con TDAH

Lo que los padres pueden hacer para apoyar su aprendizaje y autoestima.

Escrito por: Rae Jacobson

Expertos clínicos: Dra. Patricia Quinn , Kathleen Nadeau, PhD

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Ayudar a los niños con TDAH es un gran trabajo. Tanto niños como niñas se benefician de los medicamentos, del apoyo en organización y de las adaptaciones. Pero las niñas con TDAH como yo enfrentan una serie de desafíos diferentes que los niños, y cuando se trata de ayudar, los padres necesitan un enfoque que aborde estas diferencias de manera directa.

Hacer visible lo invisible

En las niñas, el TDAH suele ser conocido como un “trastorno oculto”, y con razón. La mayoría de las niñas con TDAH tienen el tipo inatento, lo que significa que tienen problemas para concentrarse, pero no son hiperactivas ni impulsivas. Pero incluso aquellas que son hiperactivas e impulsivas presentan síntomas menos evidentes que los niños, por lo que los síntomas pasan desapercibidos con frecuencia o no son reconocidos. En lugar de un diagnóstico, las niñas con TDAH a menudo reciben críticas de sus padres, maestros y compañeros, y como consecuencia su autoestima se ve seriamente afectada.

“Paradójicamente —dice Stephen Hinshaw, PhD, quien preside el departamento de psicología en la University of California en Berkeley— el estigma es más fuerte en los trastornos sutiles que en los que son más evidentes: ‘Eres brillante. ¡Deberías poder hacerlo! ¿Qué te pasa?’. La propia sutileza y falta de constancia de los síntomas alimentan el estigma, no lo reducen”.

Educarse sobre el TDAH puede ayudarlo a comprender mejor un trastorno complejo y frustrante. También le proporcionará los recursos que necesita para convertirse en un fuerte defensor de su hija.

Le pregunté a mi papá, que no tiene TDAH, cuál pensaba que era la parte más difícil de tener una hija que sí lo tiene.

“Durante mucho tiempo no lo entendí”, me dijo. “Era invisible. Nunca habíamos oído hablar de niñas con TDAH. Parecía que debías estar bien, pero te iba mal, y no sabía de qué se trataba. Eso hizo muy difícil que me pusiera de tu lado”.

Comunicarse con otros padres

Kathleen Nadeau, PhD, una psicóloga clínica que trabaja con niñas con TDAH y sus padres, dice que la falta de comprensión de los padres es una causa común de que se hagan a un lado.

“El padre que no tiene TDAH piensa ‘¡no lo entiendo!’”, dice la Dra. Nadeau. “Cuando los padres tienen que seguir repitiendo las mismas cosas (‘no te estás levantando a tiempo’, ‘guarda tus zapatos’), se va sumando y hace que sea difícil ver más allá del comportamiento para llegar a las causas detrás del mismo.

La Dra. Nadeau sugiere que los padres de niñas con TDAH dediquen tiempo a hablar con otros padres de niños con TDAH y escucharlos. Reconocer las similitudes y compartir las dificultades y estrategias ayuda a los padres que no tienen TDAH a entender mejor el trastorno. “Realmente ayuda tener personas con quienes poder identificarse”, dice.

Ayudar con las amistades

Las niñas con TDAH a veces batallan para hacer y mantener amistades, y las complejidades implacables del mundo social de las niñas son abrumadoras. La Dra. Patricia Quinn, cofundadora y directora del National Center for Girls and Women with ADHD, recomienda ayudar a las niñas con TDAH a encontrar espacios sociales que las hagan sentir cómodas y les permitan aprovechar sus fortalezas. “Si su hija no encaja socialmente, encuentre ambientes que sean socialmente tolerantes, lugares que estén más supervisados y enfocados en la amabilidad, en el buen trato hacia las personas y en la autoaceptación”, explica.

Anime a su hija a involucrarse en actividades extracurriculares (en clubes que se enfoquen en sus intereses o actividades grupales que acepten el espacio individual, como clases de arte o grupos de lectura) para ayudarla a que aprenda a sentirse segura, cómoda y confiada en un ambiente social. Del mismo modo, si su hija es impulsiva o hiperactiva, las situaciones sociales donde pueda liberar algo de energía, como el teatro o los deportes, pueden hacer que las cosas fluyan de manera más suave.

Y el hecho de que es más probable que los niños sean diagnosticados, a pesar de que muchas niñas tienen TDAH, facilita a veces que las niñas se sientan aisladas. Ayude a su hija a normalizar y legitimar sus experiencias poniéndola en contacto con otras niñas de su edad que tienen TDAH. Revise libros sobre niñas con TDAH y trate de leerlos con su hija y conversar sobre ellos. También podría ser de ayuda encontrar a una niña mayor con TDAH, a través de la escuela o de un programa como Eye to Eye (en inglés), que pueda orientar a su hija. Reunirse con otras jóvenes con TDAH, especialmente aquellas que son abiertas acerca de su trastorno, puede hacer que las niñas se sientan menos solas y más esperanzadas.

Rediseñar su entorno

Cuando usted tiene una clara comprensión de lo que necesita su hija, ambos pueden trabajar juntos para crear situaciones que refuercen sus habilidades y sirvan de apoyo en las áreas en las que ella se siente menos competente. La Dra. Nadeau llama a esto “ingeniería ambiental”.

Por ejemplo, dice la Dra. Nadeau: “Las niñas extrovertidas y muy conversadoras podrían beneficiarse de formar un grupo de estudio. Si estudiar sola es una pesadilla, pero socializar es fácil, encuentre una manera de hacerlo constructivo”.

Del mismo modo, las niñas que son más introvertidas o tienen dificultad para mantenerse enfocadas, pueden desempeñarse bien en un ambiente tranquilo y calmado, con distracciones mínimas. Mientras escribo esto, estoy sentada frente a una pared blanca (los estímulos visuales realmente me distraen), y estoy utilizando una aplicación de sonido de fondo en mi teléfono, que está configurado para ignorar todas las llamadas hasta que haya terminado de trabajar (para bloquear los sonidos que me distraen).

Desarrollar la autoestima

Las investigaciones muestran que las niñas con TDAH, especialmente aquellas que no han sido diagnosticadas, tienen baja autoestima. Yo no fui la excepción.

Soy un fracaso, solía pensar, negando con la cabeza cuando por enésima vez el maestro me preguntaba si tenía mi tarea. Soy una estúpida e inútil fracasada.

Las consecuencias emocionales del TDAH pueden ser tan graves o más graves que cualquier dificultad académica. Ahora sabemos que las niñas con TDAH tienen tasas más altas de autolesiones, de abuso de sustancias y de intentos de suicidio. Anime a su hija a hablar sobre cómo se siente y busque más ayuda si es necesario.

Resaltar sus fortalezas es una forma de recuperar la autoestima perdida y de ayudar a su hija a verse a sí misma de una manera más positiva. “Busque sus logros”, dice la Dra. Nadeau. “Busque en qué es buena y qué le gusta hacer realmente y reorganice su mundo para que esto sea un enfoque importante en su vida”.

Ayúdela a salir de su escondite

Tener TDAH puede ser frustrante y humillante. Las niñas con TDAH a menudo ocultan, minimizan o compensan sus dificultades, porque se sienten demasiado avergonzadas para pedir ayuda (incluso cuando realmente la necesitan). Una joven de 16 años que conozco explicó lo doloroso que era tratar de encubrir sus dificultades. “Quería tanto ser como todos los demás”, dijo. “No quería pedir ayuda porque no quería ser la niña rara que no podía hacerlo, pero (por supuesto) sí necesitaba ayuda, por lo que después de todo lo que hacía, fracasaba de igual manera. Era terrible”.

Trabaje con su hija para ayudarla a sentirse cómoda de pedir ayuda. Puede ser muy difícil para las niñas con TDAH reconocer sus necesidades, y puede que requiera tiempo y práctica que ella pueda encontrar su voz.

Tal vez suene sencillo, pero para mí cambió mi vida haber aprendido a decir: “Por favor, ¿podría repetir eso? Tengo problemas para recordar las cosas si no las escribo”, en lugar de agachar mi cabeza y entrar en pánico.

Mientras tanto, usted puede mostrarle a su hija cómo se hace esto, a través de abogar usted por ella. Abogar por su hija no solamente la ayudará a obtener los servicios y adaptaciones que necesita, sino también a enviarle el mensaje de que el TDAH no es algo por lo que deba avergonzarse. Esto la ayudará a empoderarse para que se pueda convertir en su propia defensora a medida que crece. Cuanto más pueda averiguar qué funciona para ella, y solicitar la ayuda que le permitirá salir adelante, más prosperará.

El mejor consejo

Le pregunté a mi madre cuál era el mejor consejo que había recibido para criar a una hija con TDAH.

“Dan”, dijo sin vacilar.

Dan era mi maestro en tercer grado, y fue la primera persona en notar que yo podría tener TDAH.

“Rae piensa un poco diferente a los otros niños”, le dijo a mis padres. “No es nada malo, pero esto podría hacer que algunas cosas sean más difíciles para ella a medida que crece”.

Mis padres estaban confundidos y preocupados. “¿Qué debemos hacer?”, preguntaron. “¿Cómo podemos ayudar?”.

Dan pensó por un momento.

“Mantengan su ego intacto”, dijo. “Asegúrense de que ella sepa que ustedes piensan que es inteligente y que la aman pase lo que pase”.

“Eso —me dijo mi madre, casi 20 años después— fue un muy buen consejo”.

La última revisión de este artículo se realizó el 5 de diciembre de 2024.