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Cómo brindar a los niños el apoyo que necesitan en la escuela.
Escrito por: Rachel Ehmke
Experto clínico: Matthew M. Cruger, PhD
in EnglishLa clave para formar un equipo de apoyo sólido para tu hijo dentro de la escuela es hablar desde un principio con su maestro. Al comienzo del año, asegúrate de comprender las expectativas del maestro. ¿Con qué habilidades deberían contar los estudiantes para este grado escolar y en qué trabajarán durante el año? ¿Cómo se espera que sea el comportamiento en clase? ¿Qué tanto se tienen que involucrar los padres en las tareas de sus hijos?
Habla también sobre las necesidades de tu hijo. ¿Qué problemas han surgido anteriormente? ¿Qué ha sido de ayuda antes para su aprendizaje? Quizá tu hijo necesite descansos para mantener la concentración. Tal vez sea útil que se siente adelante.
Lo más probable es que para cuando se lleven a cabo las conferencias de padres y maestros, ya tengas una idea de las metas en las que está trabajando tu hijo en la escuela. Estas reuniones son una oportunidad para evaluar el progreso de tu hijo. Puede ser útil que hables con tu hijo antes de la reunión. ¿Cuál es su parte favorita de la escuela? ¿Qué le resulta difícil? ¿Qué se le facilita? Pregúntale si hay algo que quiera que tú le preguntes a su maestro en la reunión. Durante la conferencia, infórmate e intercambia consejos con el maestro. Es posible que cada quien tenga trucos en los que la otra parte no haya pensado.
Si crees que tu hijo necesita algún tipo de apoyo especial, puedes solicitar una evaluación a la escuela. Los distritos escolares públicos tienen que hacer esta evaluación por ley, incluso si tu hijo asiste a una escuela privada o religiosa.
Por lo general, la evaluación de la escuela es suficiente para que tu hijo reciba el apoyo que necesita. Si no quedaste conforme con la evaluación de la escuela o te gustaría obtener una evaluación más puntual para algo que consideras importante, podrías acudir con un especialista. Si lo haces, comparte con la escuela los resultados. Así, si la evaluación especializada sugiere algo que puede ayudar, la escuela sabrá por qué es necesario.
Todos los niños necesitan que sus padres y maestros trabajen de forma conjunta, pero los niños que tienen dificultades en la escuela necesitan aún más ese trabajo en alianza. A veces también es necesario que haya otros especialistas en el equipo que ayuden a los niños a alcanzar su máximo potencial.
La comunicación entre padres y maestros es clave cuando se está evaluando si a un niño le está yendo tan bien como podría. Estos son algunos consejos que puedes utilizar para desarrollar una buena relación con los maestros de tu hijo y evaluar qué apoyos podría necesitar para salir adelante.
Ya sea que tu hijo aprenda rápidamente o que tenga dificultades en la escuela, la creación de un equipo que le brinde apoyo empieza por formar una colaboración efectiva con su maestro titular.
Cada vez que inicia un nuevo año escolar, tu primer objetivo es asegurarte de que comprendes las expectativas del nuevo maestro, desde las exigencias del plan de estudios hasta los comportamientos apropiados para su grado. Recuerda que cuando tu hijo entra a un nuevo salón de clases, no solo tiene que desarrollar nuevas habilidades matemáticas, sino que además estará experimentando un nuevo estilo de aprendizaje y construyendo nuevas relaciones.
Cuando hables con el nuevo maestro, asegúrate de darle la información necesaria para explicar el comportamiento de tu hijo. ¿Necesita tu hijo tiempo adicional o un descanso periódico para mejorar en su trabajo? ¿Necesita sentarse al frente del salón para poder concentrarse? ¿Es tan perfeccionista que le hace un agujero al papel de tanto borrarlo para corregir su trabajo? Los maestros quieren saber este tipo de cosas, y de preferencia antes de que empiecen las clases.
Para los padres de niños que han tenido dificultades en el pasado, “empezar de cero” es una idea atractiva, pero como dice la terapeuta educativa y de aprendizaje Susan Schwartz, MAEd, rara vez funciona. Mantener a un maestro en la oscuridad sobre un tema que tú como padre o madre conoces bien, solo conduce a sorpresas y frustración para el maestro (y para tu hijo). Schwartz también señala que, aunque tú no lo menciones, siempre cabe la posibilidad de que otro maestro o padre lo haga, y la información que se comparta podría ser inexacta, desactualizada o parcial. Es mejor decirle al maestro todo lo que es importante que sepa.
Del mismo modo, querrás hacerle saber que a ti te gustaría enterarte de cualquier cosa específica que ayude a tu hijo a aprender mejor, o de cualquier cosa que parezca dificultar su aprendizaje.
Si tienes alguna pregunta específica, no temas plantearla. Por ejemplo, ¿qué tanta participación tienen que tener los padres en las tareas de sus hijos? Diferentes maestros tienen distintas opiniones, y te alegrará haberlo preguntado.
Por último, pregunta al maestro si quiere que tú te involucres más, y de qué manera, o si deberías mejor mantenerte un poco más al margen.
Aproximadamente a las 12 semanas de iniciado el año escolar, las escuelas empiezan a programar reuniones con los padres, así como a enviar a casa informes de progreso. Para este momento, probablemente ya sabrás lo que el maestro espera de tu hijo en términos académicos y del desarrollo, de modo que la conferencia de padres y maestros debería ser una oportunidad para discutir cómo está cumpliendo esas expectativas.
Estas reuniones son importantes, por lo que deberías dedicar tiempo para prepararte. Decide con anticipación qué información quieres compartir y qué preguntas quieres hacer. Schwartz recomienda que los padres hablen con su hijo antes de la reunión, porque su perspectiva puede ayudar a organizarla. Pregúntale: ¿Qué es lo que más te gusta de la escuela? ¿Qué es lo más fácil para ti? ¿Qué se te hace difícil? Puedes incluir a tu hijo en la reunión al preguntarle si tiene alguna pregunta para su maestro.
La conferencia de padres y maestros es principalmente una oportunidad de trabajar en colaboración y ponerse de acuerdo. ¿El maestro tiene algún consejo para ustedes como padres? ¿Ustedes tienen algo que aconsejarle? Si tienen algo importante que decir, comiencen con eso. No querrán quedarse sin tiempo.
Si crees que tu hijo necesita más ayuda de la que está obteniendo, programa una cita para compartir tus preocupaciones con el maestro y otros integrantes del equipo escolar. Los maestros pueden ser de gran ayuda, pero también pueden serlo consejeros, psicólogos escolares, alguien del área directiva, una persona especial para tu hijo o que le haya demostrado un interés genuino.
Si crees que tu hijo necesita servicios o adaptaciones, es posible que se requiera realizar una evaluación profesional. Los distritos escolares públicos locales están obligados por ley a ofrecer una evaluación básica, incluso si tu hijo asiste a una escuela privada o religiosa. Un paquete típico de evaluación mide el funcionamiento intelectual, académico y emocional, toma en cuenta el historial de los niños y su familia e incluye una valoración en el aula. A menudo las escuelas también realizan otras evaluaciones específicas si es que son indicadas, por ejemplo, para ver si el niño necesita ayuda con el habla y el lenguaje, terapia ocupacional o tecnología de asistencia.
Las evaluaciones escolares pueden ser muy efectivas, y en algunas situaciones es todo lo que se requiere para que las cosas funcionen bien. Sin embargo, si no quedaste conforme con los resultados de la evaluación escolar, o si quieres que tu hijo sea evaluado para algo específico que la evaluación estándar de la escuela no cubre, deberías buscar una evaluación privada con un especialista.
Matthew Cruger, PhD, neuropsicólogo del Centro para el aprendizaje y el desarrollo del Child Mind Institute, aconseja que se informe a la escuela si se planea hacer una evaluación externa, y definitivamente compartirles los resultados. “La escuela quizá no pueda hacer todo lo que el especialista recomienda, pero por lo general quieren tener esa información”, dice el Dr. Cruger. “Creo que mucha de la resistencia de las escuelas proviene de no saber por qué se ha sugerido algo”.
Mantener a todas las partes involucradas en sintonía acerca de las fortalezas y limitaciones de un estudiante, facilitará llegar a un acuerdo sobre la forma de brindarle ayuda. También sienta las bases de una relación basada en la confianza y el respeto mutuos.
Como en cualquier relación, prepárate para comprometerte. Aunque los distritos escolares tienen la motivación de ayudar a los niños con necesidades de aprendizaje, a menudo tienen recursos limitados.
Las escuelas proporcionarán el apoyo que ellas (y la ley) consideren suficiente, aunque no necesariamente sea lo idóneo. Esto significa que tanto padres, como representantes de la escuela y otros especialistas deben trabajar en conjunto para elaborar el mejor plan de educación posible para el estudiante. El Dr. Cruger dice: “Como psicólogo suelo pensar: ¿Cuáles son las intervenciones menos intrusivas que podrían conducir a lograr el máximo beneficio?”.
Según su experiencia, los mejores planes son los que se benefician de la participación de todas las partes (el equipo educativo completo, incluyendo al estudiante), porque cuando todos se comprometen y trabajan para alcanzar el éxito, se vuelve algo mucho más alcanzable.
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