Obtén información básica sobre el autismo y conoce cómo obtener un diagnóstico, así como sobre terapias comunes, medicación y mucho más.
El nombre oficial del autismo es trastorno del espectro autista (TEA) porque existe una enorme variedad de rasgos y comportamientos asociados a él. En un extremo del espectro están los niños que no son verbales, que tienen un deterioro a nivel cognitivo y que podrían necesitar apoyo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. En el otro extremo, están los niños autistas de alto funcionamiento que son muy verbales y que podrían necesitar muchos menos apoyos. El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades sociales y de comunicación y que causa comportamientos restringidos y repetitivos.
Los niños con autismo muestran comportamientos que se dividen en dos categorías principales: déficits a nivel social y de comunicación y comportamientos repetitivos inusuales. Comienza aquí para obtener la información básica y conocer los términos más comunes.
Los niños con autismo pueden tener una amplia variedad de habilidades y capacidades, lo que puede dificultar el diagnóstico correcto. Es importante que un profesional clínico con experiencia en el diagnóstico del autismo sea quien realice una evaluación exhaustiva lo antes posible.
Los diversos grados de autismo a veces se conocen como “perfiles”. Por ejemplo, un profesional clínico podría observar que un niño es autista con un perfil de evitación de la demanda. Estos son otros ejemplos del espectro.
Muchos niños con autismo tienen problemas con el procesamiento sensorial. Quizá sientan repulsión hacia determinados sabores, texturas, olores, sensaciones o una combinación de todos ellos.
Los niños con autismo pueden desarrollar comportamientos confusos y complicados. La frustración, las dificultades de comunicación y otros desafíos pueden conducir a que se nieguen a hacer cosas, tengan crisis o incluso comportamientos extremos.
Existen una serie de terapias y servicios que pueden ayudar a los niños con TEA a desarrollar habilidades básicas. Al recibir un diagnóstico de autismo, por lo general los niños son referidos inmediatamente a una terapia que se conoce como ABA o análisis del comportamiento aplicado. Aunque también es posible que les sugieran abordar áreas específicas de dificultad mediante terapia ocupacional y terapia del habla y del lenguaje. Muchos niños acuden a una combinación de terapias.
Hay algunos medicamentos aprobados por la FDA para tratar los comportamientos que a veces se asocian con el autismo, como la ansiedad y la agresividad. Estos medicamentos pueden ayudar, pero también suelen tener efectos secundarios.
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La escuela puede representar algunos desafíos para los niños autistas, pero también puede ser un entorno que les proporcione apoyos y adaptaciones. Sus derechos a recibir servicios están protegidos por la ley y se pueden reforzar a través de un plan 504 o un IEP. Aunque es frecuente que padres y cuidadores de niños con autismo tengan que presionar a la escuela para que otorgue las adaptaciones que su hijo o hija necesita para progresar.
A medida que las y los jóvenes con autismo se convierten en personas adultas es posible que se enfrenten a retos específicos, tanto si piensan ir a la universidad como si eligen explorar opciones de apoyo para una vida independiente o un empleo.
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